En El Salvador, cada año, el fisco deja de percibir más de $21 millones en impuestos por el contrabando de cigarros ilegales.
La directora ejecutiva de la Asociación de Distribuidores de El Salvador (ADES), Sonia Jule, detalló a Diario El Salvador que este año se destruyeron por contrabando un total de 6.4 millones de cigarros, lo que significó un aumento al comparar el año anterior en el que la destrucción fue por 4 millones.
«Se requiere de mayor control en los puntos fronterizos tal como lo han hecho la Policía y la Fuerza Armada en la lucha contra el contrabando en este periodo de la pandemia».
Sonia Jule, directora ejecutiva de ADES
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En el portal de transparencia del Ministerio de Hacienda se detalla que el cigarro generó $24.1 millones en impuestos de enero a noviembre en 2020, esto representó un aumento del 6.8 % en comparación al mismo periodo de 2019.
Situación del contrabando de tabaco en El Salvador
El Salvador anualmente deja de recaudar por el comercio ilícito de cigarrillos ilegales alrededor de $21.000.000 solo en impuestos específicos, monto que podría ser destinado a la lucha contra la pandemia COVID-19, a la mejora de hospitales o la lucha contra la inseguridad nacional, detalla el Ministerio de Hacienda, en jun comunicado de prensa.
En la destrucción más reciente de cigarrillos de contrabando que realizó la Dirección General de Aduanas, en conjunto con la División de Seguridad Fronteriza, Fuerza Armada y otras autoridades, un total de 6.3 millones de cigarros fueron coprocesados, entre las marcas Modern, Pine Blue, Pine Green, Marshal, This Random, This Ice Café, Bohem Café, This Cange Bouble, Bohem Expreso Summer, Bohem Irish, Jaipur entre otros.
Más de seis millones de cigarrillos que ingresaron por contrabando a la plaza salvadoreña procedían de diferentes países del continente asiático. Estos fueron co-procesados en la planta de Holcim, ubicada en Metapán par su destrucción.
El tabaco de contrabando procedía de China, Corea y otros países, los cuales llegan a la zona libre de Colón en Panamá, luego son enviados a la Zona Libre de Corozal de Bélice y posteriormente son ingresados de forma ilegal a Guatemala y posteriormente a El Salvador, principalmente por pasos fronterizos no habilitados o puntos ciegos.
Este año, debido a la pandemia los controles en los puntos fronterizos se han endurecido.