El segundo gobierno con bandera del FMLN, dirigido por el ahora prófugo Salvador Sánchez Cerén, botó $2,100 millones en su intento por impulsar una estrategia que llevaría a El Salvador a convertirse en un país seguro, como lo vendía públicamente; sin embargo, estuvo lejos de alcanzar las metas prometidas a la población, pues su quinquenio fue, de hecho, el más violento en la historia reciente de administraciones del Ejecutivo.
Marcela Pineda, diputada de Nuevas Ideas, detalló recientemente el gasto millonario sin resultados efectivos que hizo el FMLN, mostrando documentación que detallaba el financiamiento por rubros como parte de la ejecución del denominado Plan El Salvador Seguro de Sánchez Cerén.
«La inseguridad en este país fue un negocio redondo. No eran fórmulas para defender al pueblo salvadoreño, sino que eran fórmulas diseñadas por ustedes para llenarse los bolsillos», reprochó Pineda en el plenario legislativo.
Sánchez Cerén, acusado por la Fiscalía de haber cometido delitos relacionados con la corrupción, que lo ha llevado a obtener la ciudadanía nicaragüense para evitar la extradición, fue presidente en el quinquenio 2014-2019.
La inseguridad pública en el país fue más grave en 2015, cuando fueron asesinados 6,656 salvadoreños, según registros policiales. En ese año el promedio diario de asesinatos fue de 18.2, con una tasa de 103 homicidios por cada 100,000 habitantes. Solo en agosto las autoridades registraron 918 asesinatos, lo que representó un promedio diario de 29.6 crímenes.

Sánchez Cerén también vio desde su mandato la masacre de 11 trabajadores del sector de las telecomunicaciones, en marzo de 2016, en la zona rural del municipio de San Juan Opico, La Libertad, barbarie que lo llevó a sopesar pedir a la Asamblea Legislativa la implementación del régimen de excepción, una medida constitucional que ahora el FMLN critica y no respalda para enfrentar la criminalidad de las pandillas.
El mismo primer presidente efemelenista y también prófugo de la justicia, Mauricio Funes, reconoció el año pasado que la administración de Sánchez Cerén fue «la más violenta» de las cinco anteriores, pues en promedio 12 salvadoreños fueron asesinados cada día.
«Estamos hablando de 23,025 asesinatos en cinco años. Estamos hablando, por lo tanto, de 12 asesinatos por día como mínimo en los 1,825 días que gobernaron [Salvador] Sánchez Cerén y el FMLN. La tasa de homicidios durante el período de Cerén llegó a 110 asesinatos por cada 100,000 habitantes», puntualizó Funes.
Las organizaciones internacionales que dicen defender los derechos humanos estimaron en su momento que los 12 años de conflicto armado en El Salvador dejaron saldo de 75,000 muertos, es decir que los 23,025 asesinatos ocurridos en el mandato de Sánchez Cerén casi representan la tercera parte de aquellos crímenes en la guerra civil.
«El quinquenio de [Salvador] Sánchez Cerén ha sido el quinquenio más violento, incluso mucho más violento que en los gobiernos anteriores del partido ARENA», recordó Funes, quien terminó su gestión con 17,525 asesinatos y un repunte nacional de violencia que alarmó a los salvadoreños, que vieron como a un año del inicio de su mandato 17 ciudadanos murieron calcinados a manos de pandilleros en el interior de un microbús en la colonia Jardín, en Mejicanos, San Salvador.
Ricardo Sosa, experto en criminología, victimología y seguridad, tiene sus propias valoraciones sobre por qué no funcionó el anunciado plan de seguridad de Sánchez Cerén: «El Plan El Salvador Seguro fue diseñado por marketing político y con el objeto de hacer llegar millones de dólares que necesita el Gobierno para financiar el gasto corriente, ante la pésima administración fiscal desde el Ministerio de Hacienda».
«No tenía un plan táctico-operativo y estratégico. No había motivación en el personal policial y militar. El FMLN tenía “municipios santuarios” y acuerdos con el crimen organizado y las pandillas, por lo que no podía existir voluntad política de resolver la seguridad del país», agregó.
El analista político y sociólogo Mauricio Rodríguez considera que nunca existió por parte de los gobiernos del FMLN interés genuino por atacar el problema de la inseguridad pública, lo que dejaba a merced de la delincuencia a los habitantes.
«La población vivió en condiciones extremas de inseguridad pública y de engaño. El FMLN dio continuidad a los planes fracasados de los gobiernos de ARENA. Eran erogaciones millonarias de dinero sin resultados», expresó Rodríguez al confirmar lo señalado por la diputada Pineda.