La alta dirigencia del partido FMLN conocía a detalle las negociaciones con las pandillas previo a las elecciones de 2014, cuyo objetivo era obtener su apoyo en las urnas para volver a ganar la presidencia de la república ese año, llevando de candidatos a Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz. Y no solo estaba al tanto de estas, sino que también las apoyó y financió.
Para entonces gobernaba Mauricio Funes, primer presidente de la república por el FMLN, quien ahora es prófugo de la justicia, la que evade gracias a que obtuvo la nacionalidad nicaragüense, otorgada por Daniel Ortega, afín al partido de izquierda.
Es el mismo Funes, acusado en siete causas penales, incluyendo una relacionada con la tregua con pandillas, por los delitos de agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes, quien confirmó en una entrevista que el FMLN siempre conoció las negociaciones.
Aseveró que «la dirección del FMLN, durante el tiempo que duró la tregua, nunca, en reuniones que tuvimos, se opusieron al proceso, en la medida que veían que estaba produciendo resultados y que habían bajado los niveles de homicidios. ¡Nunca!».
Esas negociaciones ilícitas, añadió, fueron las mismas que realizaron cuando tenían el objetivo de mantenerse en el poder y buscaban que Sánchez Cerén ganara las elecciones presidenciales de 2014.
«¿Por qué el FMLN tiene esa actitud hipócrita de querer desprenderse de ese proceso y decir: “Nosotros nunca lo apoyamos, al contrario, lo desmontamos”? Ustedes, señores del FMLN, designaron a dos de sus diputados para que se reunieran con las pandillas como lo hizo ARENA con Norman Quijano y con Ernesto Muyshondt», puntualizó.
El exmandatario se refirió específicamente a Benito Lara y Arístides Valencia, cuando ambos eran diputados de la Asamblea Legislativa: «Ellos dos se sentaron a negociar con las pandillas y buscaron respaldo de las pandillas para el candidato presidencial en ese entonces, Salvador Sánchez Cerén».
Recordó que, luego de ganar las elecciones presidenciales, Sánchez Cerén incluyó a ambos diputados en su gabinete. A Lara lo nombró ministro de Justicia y Seguridad, mientras que a Valencia lo colocó a cargo del Ministerio de Gobernación, y más adelante llegó a ser candidato a la secretaría general del partido rojo.
Funes brindó estas declaraciones el lunes anterior; es decir, cuatro días después de que el exdirector del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) cuando gobernaba el partido rojo, José Ricardo Perdomo, declaró en el juicio en su contra.
Perdomo señaló que Funes tenía conocimiento de «condiciones irregulares» dentro de los centros penales, como el ingreso de objetos ilícitos y personas que ahora son reconocidas como mediadores de la tregua.
«Los informes de inteligencia se envían al presidente de la república, porque se consideraba una información relacionada con seguridad del Estado y seguridad pública. Si ocurren hechos ilícitos en penales, eso afecta la seguridad del Estado, y por eso se informó al presidente. Desconozco qué hizo el presidente con los informes», dijo Perdomo en audiencia.
Pero en otra entrevista que brindó ayer a una radio salvadoreña Funes señaló que en su calidad de mandatario estaba «más preocupado por problemas macro, y no iba a ponerme a autorizar que si entraban o no prostitutas en las visitas íntimas, o que si les llevaban cenas [de restaurantes], que si ingresaban plasmas. ¡No! Esa era atribución del director de Centros Penales y del director de cada uno de los penales».
La reunión que Lara y Valencia sostuvieron con jefes de pandillas abrió paso a un proceso judicial que se encuentra en la etapa de instrucción por los delitos de fraude electoral y agrupaciones ilícitas. La fiscalía acusa de ofrecer miles de dólares y un crédito de hasta $10 millones a los terroristas a cambio de respaldo electoral.