María Ofelia Navarrete, también conocida como María Chichilco, es originaria del municipio de Arcatao del departamento de Chalatenango. A sus 70 años se desempeña como ministra de Desarrollo Local y presidenta del Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), pero además es conocida porque se trata de una mujer que fue testigo de la opresión política de los años sesenta, setentas y ochentas, décadas donde tuvo su primer encuentro con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), un grupo de insurrección que la conquistó con el discurso de llegar al poder por medio de «la lucha armada con un espíritu de justicia y libertad».
María Chichilco relató a «Diario El Salvador» la transición histórica que el FMLN ha recorrido desde cuando apenas era una «marca política», en 1974, compuesta por cinco organizaciones que luego formaron un frente armado que combatió contra la Fuerza Armada durante los 12 años de guerra en El Salvador hasta perfilarlo en la actualidad como una fracción legislativa «alejada del pueblo salvadoreño, sin proyecto alguno, más que solo para enriquecerse con falsedades», según sus palabras.
Ministra de Desarrollo Local, ¿cómo se describe usted luego de contar con una gran experiencia en diferentes ámbitos de la vida política del país? Yo pienso que soy una persona muy apasionada en lo que yo creo, porque cuando sigo un proyecto, lo sigo con pasión, con entrega; lo abrazo con la intención de que con ese proyecto encontremos nuevos aportes para el desarrollo en la sociedad.
¿Cuáles son los momentos de su vida que más la han marcado? La marginación al ser humano, pues estuve en la guerra y no hay cosa que duela más que el desprecio. De la adolescencia no me enteré, pues trabajé desde los nueve años y me casé a los 16. Una de mis ambiciones era estudiar; (pero) no era posible porque éramos pobres. A los 22 años ya tenía dos niñas y me ayudaron a sacar el Tercer Ciclo. Luego me incorporé a la guerrilla revolucionaria del país, y ahí estuve toda la guerra. En 2008, saqué el Profesorado en Matemáticas.
¿Cuáles han sido sus aspiraciones a lo largo de su vida? Desde pequeña era aprender más, pero el contexto me lo limitaba. Decía que me iba a casar pero con un hombre trabajador y bueno para no sufrir. Ese sueño se me cumplió plenamente. La actitud de aprender nunca se me quitó. Uno hace el esfuerzo de aprender todos los días.
¿Qué significó la guerra civil para usted? Fue muy duro, pero fue un período lleno de lucha, de mucha esperanza y prueba. Fue el trozo de mi vida más importante, porque vivimos las experiencias más amargas pero a la vez dulces, porque tuvimos privaciones de muchas cosas y si no es así, uno no las valora. Mi hija murió, pero yo tuve suerte de sobrevivir. La guerra me enseñó a valorar a las personas, principalmente.
¿En su infancia usted se imaginó que algún día formaría parte de un grupo armado como fue en su momento el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)? Mire, yo nunca me imaginé ser guerrillera. Además, había leído otras cositas de otras guerrillas de otros países, pero jamás pensé que siendo una jovencita sería guerrillera. Pero sabe algo, como yo soy de un pueblito lejano (Arcatao) del que era consciente que sí existía la pobreza y la represión. Hablo de la represión burda que ejercía en ese tiempo la Guardia Nacional allá en los pueblitos. Y yo quería luchar porque eso no se diera, así que antes de integrarme al FMLN seguía al Partido Demócrata Cristiano (PDC). El dirigente en ese entonces era Ernesto Menjívar Escalante, quien nos daba el discurso de que teníamos que luchar.
¿Cómo inició su acercamiento al FMLN en esa época? Cuando fui del PDC, en 1972, ganamos las elecciones presidenciales. Aunque no estaba inscrita en el PDC sino que militaba en forma activa. En ese entonces, los candidatos eran el ingeniero José Napoleón Duarte y Guillermo Manuel Ungo. Luego hubo un fraude electoral descarado. Al final le dieron el poder al coronel Arturo Armando Molina, del PCN. Entonces pensé que las elecciones eran una burla y me retiré del mundo electorero. Yo tenía justo 22 años y dos hijas. Luego, en 1974, surgió la UTC (Unión de Trabajadores del Campo). Entonces llegó Facundo Guardado a Arcatao a platicarme de la UTC y a mí me pareció. Me dijo que realmente los campesinos debíamos organizarnos para luchar por nuestros propios intereses, pero precisamente siendo solidarios entre nosotros. Esto fue lo que más me gustó. Bien me acuerdo de la frase que él me dijo a mí que me terminó conquistando: «Fijate que los grandes nos explotan y nos maltratan, pero no es gracia que entre nosotros nos explotemos y nos maltratemos». Después de esto nos organizábamos. Yo era campesina de Arcatao y nosotros luchábamos para que no se nos robara hasta en la pesa del café, o cuando cortábamos algodón o rosábamos caña. No mira que una vez nos tomamos el Ministerio de Trabajo para pedir que se nos bajaran los precios de los insumos agrícolas, y me acuerdo que cantábamos un cantito que decía: «Nosotros exigimos salarios de once colones y también exigimos arroz, tortilla y frijoles». Imagínese que ni eso nos daba ese Gobierno; y, pues, siempre nos metían a la guardia para que nos apaleara.
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¿Por qué dejó su lugar de vivienda en aquel entonces? Porque hubo grandes casos de represión en Arcatao. En 1979, hubo un golpe de Estado a Romero. La represión fue tan bárbara que tuvimos que irnos de las casas, y me fui con toda mi familia de mi casa a un cerrito alto que hay en Arcatao que se llama La Cañada, y ahí fue oficialmente que nos llegaron a preguntar si queríamos hacernos guerrilleros. Y es que teníamos tres alternativas: irse para otro país, como huyendo a Honduras; irse a vivir a los cinturones de miseria de las cabeceras departamentales a vivir explotados, con la permanente amenaza de que nos sacaran de noche y nos mataran; y la otra alternativa era incorporarse a la guerrilla, y así que me hice guerrilla, y puesí me hice guerrillera porque me plantearon todo un proyecto.
¿Cómo describe al FMLN en tiempos del conflicto armado? Yo le voy a decir una verdad, el FMLN en el momento de la guerra no existía. El FMLN era una marca, no era una unidad. Le cuento que existían cinco organizaciones que integraban el FMLN: el Partido Comunista de El Salvador (PCS), las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), la Resistencia Nacional (RN) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC). Cada una de estas organizaciones tomaba sus propias decisiones, sin embargo, teníamos un punto en común: llegar al poder por medio de la lucha armada.
Entonces, ¿cómo se constituye en un partido el FMLN? Cuando se firman los Acuerdos de Paz entonces sí se constituye el FMLN, de hecho, ese fue uno de los acuerdos de paz. El primero fue el silencio de las armas, que ese fue el más grandioso; el segundo, la constitución de un partido político, porque nos fuimos al monte para luchar por el poder. Entonces ya teníamos la apertura, y así se constituyó el FMLN. Y este partido surgió para la lucha del poder político para hacer los cambios que habíamos peleado en la guerra.
¿Considera que tuvo que sacrificar usted algo muy valioso y especial en su vida por el FMLN? Claro. Sabe yo abracé al FMLN pensando que tenían espíritu de justicia y libertad; y por eso sacrifiqué a toda mi familia. Digo que la sacrifiqué porque mis hijas eran chiquitas, yo me las llevé, pobrecitas, ellas no tomaron esa decisión. Pero yo tenía fe en ese proyecto, en ellos, pero lamentablemente los que están a la cabeza, hoy en día, del FMLN, son los menos sacrificados. Los que se sacrificaron ya cayeron, murieron. Ellos eran los buenos porque sus discursos no eran falacias, eran realidad, lamentablemente murieron los más comprometidos.
Considera que el actual FMLN ya no es el mismo en el que creyó en aquel entonces, ¿por qué? En todo cambió. En este momento el FMLN y ARENA no tienen objetivos para implementar en favor del pueblo. ¿Cuál es el objetivo del FMLN? Que los mismos que han estado de diputados por años estén y sigan ahí, para que vivan bien y hagan berrinche. Así, igual es ARENA, igual son todos, porque han estado en el poder y no han hecho cambios sustanciales como los que el país necesita y por los que fuimos a la muerte, que algunos estamos vivos por suerte.
El FMLN se alejó del pueblo, no quiere al pueblo, son solo mentiras. Entonces el FMLN no tiene proyecto. El único proyecto que existe en este momento se llama Nuevas Ideas.
Mire, el FMLN ha utilizado unas políticas torpes. Fíjese usted que hubo un momento en que la secretaria de organización del FMLN nos botó a un montón de gente del padrón, nos borraron porque hacíamos estorbo. Los objetivos del FMLN son familiares y personales, porque hay gente del FMLN que tienen haciendas y antes no tenían y ¿cómo hicieron? Entonces, yo no me fui a la guerra para tener una hacienda; yo no necesité eso. Los del FMLN me conocen y saben cómo soy, que digo la verdad. Hubo compañeros que le pidieron una audiencia al expresidente Sánchez Céren y a otros del FMLN que han estado en el poder y no fueron atendidos, porque ellos se alejaron del pueblo, porque nunca pertenecieron al pueblo.
Mire, el FMLN y ARENA no tienen proyectos, dígame qué proyectos le están ofreciendo a la gente, y mire la planilla que está presentando ahora, son los mismos viejos que han estado siempre. Yo lamento profundamente lo que están haciendo, porque ellos con sus conductas se han matado políticamente ellos mismos.
El 16 de enero, el presidente Nayib Bukele decretó esa fecha como Día de las Víctimas del Conflicto Armado, ¿cuál es su valoración al respecto? Estoy completamente contenta porque hay un montón de gente que se mete debajo de esa sombrilla de víctima, y ese concepto de ser víctima me cae mal. Perdóneme que le diga eso, porque víctimas son los que murieron y Dios sabe cómo y en qué circunstancias. Pero todos los que quedamos vivos del conflicto armado no somos víctimas porque tenemos la oportunidad de pararnos y seguir adelante. Y la gente a veces dice: «Es que yo soy víctima porque a un tío lo mataron». Cuando este es un concepto tercermundista que solo nos enseña a hacer mendigos. Me da cólera eso porque el ser humano tiene dignidad. Víctima es el que muere.
¿Cuénteme cómo conoció al presidente Nayib Bukele? Mire, primero lo miraba en la televisión, cuando él era candidato y luego fue alcalde de Nuevo Cuscatlán. Yo escuchaba que él no cobraba su salario, al contrario, con ese dinero resolvía problemas de los salvadoreños. Después yo contenta porque tenían a Nayib Bukele en el FMLN, porque, aunque yo estuviera alejada del FMLN, aunque me hayan sacado del padrón, yo siempre votaba por el FMLN. De repente la noticia de que lo habían expulsado del FMLN, y bueno yo dije: y esta burrada que han cometido, expulsar a este hombre que es un prospecto bueno para este partido. Yo estoy segura de que si hubieran puesto como candidato a Nayib por el FMLN de seguro ganaban las elecciones y hubieran estado unos cinco años más en el poder. De pronto escuché la noticia de que iría a Chalatenango y le dije a mi esposo, a José, y a mis hijas que iríamos a ver a Bukele y él llegó por la tarde, un 10 de marzo de 2018. Yo nunca había visto una concentración tan grande ahí, pero ni ARENA ni el FMLN en sus mejores tiempos habían llenado esa plaza en Chalatenango como la llenó ese día Nayib. Es que era un montón de gente. El 95 % de esa gente era del FMLN. Recuerdo que la gente empezó a gritar: suban a la tarima a María y pues subí, así lo conocí físicamente. Yo sentía que Bukele tenía un sentimiento como el de nosotros.
¿Cuál es su pronóstico para las próximas elecciones del 28 de febrero?, ¿tendrá Nuevas Ideas ventaja? Estoy contenta de las próximas elecciones del 28 de febrero porque el pueblo salvadoreño es un pueblo inteligente. Es un pueblo que ya no le dan atol con el dedo. Con la inteligencia del pueblo vamos a barrer esa Asamblea Legislativa hostil que no quiere al pueblo, y tengo fe de que con los que llegan vamos a llenar esa Asamblea Legislativa de diputados y alcaldes a escala de toda la república. Vamos a trabajar todos y todas para que se haga un buen Gobierno para que el pueblo reciba el trato que se merece, la dignificación que es su derecho. El pueblo es sabio. A todos los salvadoreños les digo que el único proyecto que existe hoy por hoy, en función del pueblo salvadoreño, se llama Nuevas Ideas. Así que los salvadoreños acudan el 28 a votar por la bandera celeste que lleva la N de Nayib, si queremos tener una Asamblea Legislativa que esté en función del pueblo, que elija las autoridades de segundo nivel, que elija personas justicieras, personas con ética no descarados militantes del partido, como ARENA.