Críticas ha generado la elección de tres magistrados suplentes de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que la Asamblea Legislativa hizo de forma apresurada.
Con 58 votos, los diputados eligieron el viernes a Alfredo Rigoberto Méndez Peralta para sustituir al magistrado Ricardo Iglesias Herrera; mientras que con 59 votos fueron electos Óscar Antonio Canales Cisco y David Omar Molina Zepeda para sustituir las vacantes de Raúl Ernesto Melara Morales y Carlos Sánchez.
«Diario El Salvador» consultó a reconocidos abogados respecto al proceso y algunos consideran que se trata de una maniobra política de los partidos tradicionales para mantener injerencia en la Corte Suprema, debido a una posible afinidad o simpatía política con los suplentes elegidos.
«Es una maniobra política del FMLN y de ARENA para dejar a sus amigos en esos cargos y seguir manio[1]brando dentro de la Corte Suprema de Justicia», expresó la abogada y analista Bethy Arana.
La profesional del Derecho cuestionó a los diputados: «¿Por qué no lo hicieron antes?».
Por su parte, el abogado Miguel Flores Durel es de la opinión que «aunque se trata de una elección que está pendiente desde hace algún tiempo, por los resultados electorales del 28 de febrero y por respeto a la voluntad popular actual y predominante, una elección de funcionarios tan importantes como los magistrados de la Corte Suprema de Justicia es una elección que no debería realizarse cuando ya está claro que quienes pretenden hacerla han perdido el respaldo político de la ciudadanía».
También, añadió: «Simplemente estarían contagiando la falta de legitimidad política a los funcionarios que elijan. Además, será muy difícil evitar que esas elecciones sean percibidas por la ciudadanía como intentos desesperados de conservar cuotas de poder, que se perdió en las elecciones, lo que también afectará la imagen de independencia a los nuevos magistrados».