Publicar demasiada información o datos personales en redes sociales o fotografías de todo lo que se hace en el día o en fines de semana significa un riesgo en la actualidad, ya que cualquier persona puede acceder a ella, hurtar la identidad y así cometer otros ilícitos. Esto le sucedió a Gabriela Vásquez, una joven de 29 años a quien le hurtaron imágenes desde una red social para crear un perfil falso.
«Una compañera de la universidad fue quien me dijo que había como tres perfiles en Facebook con mis fotografías. No sé quién lo hizo ni para qué. Lo que hice fue eliminar mi cuenta y hacer otra, pero ya pongo todo en privado y solo agrego a gente que de verdad conozco», contó Vásquez.
Lo que le pasó a la joven universitaria les ha pasado a varias personas en El Salvador, y aunque aparentemente no le generó ningún daño, hay cientos de delincuentes que suplantan la identidad de otra persona para estafar, pedir dinero o chantajear.
Uno de los casos recientes fue el conocido como Maletas, en el que un grupo de delincuentes hurtaban identidades haciéndose pasar por familiares de salvadoreños que están en el extranjero, y pedían que les depositaran dinero para recuperar sus maletas en la aduana salvadoreña o en México, según la Fiscalía.
«Se hacen pasar por familiares, les dicen que les envían una maleta, pero para la entrega deben pagar cierta cantidad. Piden el número de WhatsApp, luego la víctima ya recibe un mensaje de las empresas que reciben envíos y le dicen que deben pagar cierta cantidad. Si la víctima no puede pagar, comienza el chantaje con que abrieron la maleta y vieron que trae dinero o droga y eso es ilegal. Las personas temen y por eso consiguen el dinero», explicó la jefa de la Unidad de Patrimonio Privado y Propiedad Intelectual del ministerio público.
«Los delincuentes comienzan a coaccionar a las víctimas si no hacen lo que ellos exigen. El monto que han pagado es variable. Las personas pagan cientos y miles de dólares. Lo más que han pagado es $18,000», afirmó la fiscal.
Hurtar información personal y suplantar la identidad «por medio de las tecnologías de la información y la comunicación» es un delito en El Salvador sancionado con prisión de tres a cinco años, según se detalla en el artículo 22 de la Ley Especial Contra los Delitos Informáticos y Conexos.
Por este delito, la Fiscalía ha recibido 460 denuncias en los últimos tres años. En 2018 se registraron 94 casos, seguido de otros 122 para el año siguiente. Mientras que durante 2020 hubo 160 denuncias. De enero a mayo de este año ha recibido 84 casos de supuesto hurto de identidad. En San Salvador y en la Libertad es donde más se ha denunciado este delito; sin embargo, la fiscal asegura que esta práctica se da a escala nacional y, según los casos que registra la Fiscalía, los delincuentes nunca actúan solos.
Hurtar para estafar
Boris Solórzano, abogado consultor en cibercrimen y protección de datos, dice que el hurto se ha ido sofisticando con el tiempo: «Se utilizan otro tipo de modalidades y recopilan por redes sociales, lugares donde se pueden hacer compras, etc.».
Héctor Cuchillas, gerente regional de seguridad para Teleperformance para Centroamérica y El Caribe, coincide al decir que «las estafas han ido evolucionado según ha ido avanzando la tecnología y se han ido haciendo más populares. La mayoría de los hurtos comienzan por redes sociales para realizar estafas», advierte.
Poner documentación en internet, contestar formularios en línea e incluso preguntas inocentes a cambio de regalías son algunas de las formas comunes que los delincuentes utilizan para recabar información y así amarrar las piezas individuales para crear un perfil completo, según los expertos.
Nadie se puede robar lo que está público. A veces nos exponemos demasiado y aún hay personas que caen en esas idiosincrasias que se pueden evitar», recalcó Cuchillas.
Otros casos que se pueden mencionar es que «la mayoría de los DUI que se roban en El Salvador también son utilizados para registrar teléfonos y terminan en las manos del crimen organizado. Incluso en colonias para poder ingresar, por mayor seguridad, piden documentos, pero también se han dado casos de que toman fotografías a tu documento y así pueden hurtar la identidad», dijo el experto en seguridad cibernética.
La fiscal también señaló que en ciertos casos hay situaciones complejas en las que los delincuentes, por medio de perfiles falsos, utilizan material fotográfico o audiovisual que puede perjudicar a las víctimas para amenazarlas.
POCA PROTECCIÓN DE DATOS
Sin duda, el hurto de identidad genera otro tipo de delitos. Al suplantar la identidad se puede cometer «fraude, espionajes informáticos, estafas, una infinidad de delitos. Ahora con la pandemia se ha vuelto más peligroso porque hay grupos que están trabajando para sustraer datos», dice Solórzano.
Los expertos coinciden en que, aunque en El Salvador existe una ley de delitos informáticos, se necesita una regulación para la protección de los datos. «Lo peligroso es la venta de bases de datos, porque no tenemos una ley que los proteja. Necesitamos una regulación más estricta de datos porque cualquiera puede comprarlas u obtenerlas de alguna manera», mencionó el abogado.
Mientras que Cuchillas destacó que «es necesario proteger los datos y ponernos al día con otros países de la región que exigen la protección de datos. Este es uno de los puntos de agenda del actual Gobierno y es muy necesario».