Durante los últimos días nuestro país ha sido sometido a una de las prácticas más nefastas como seres humanos, en la que se pone en evidencia la ausencia de valores fundamentales, como el bien más preciado: la vida.
Este es un derecho inalienable y a la vez inherente a la persona humana. ¿Por qué digo lo anterior? Debido a un repunte en el número de homicidios perpetrados y dirigidos por personajes oscuros y que lamentablemente forman parte de nuestra sociedad.
Lo que buscan con estas acciones es generar una burbuja mediática, la cual pretende hacer creer que el Plan Control Territorial es fallido, cosa que dista mucho de la realidad; además, que haya una pérdida de popularidad del actual Gobierno, encabezado por el presidente Nayib Bukele.
Lo que se puede analizar es que tras una acción hay una reacción y, como queda evidenciado, en el seno del primer órgano del Estado se ventila un proceso de desafuero en contra del exdiputado de la Asamblea Legislativa y ahora diputado del Parlacen Norman Quijano. Fue la Fiscalía General de la República (FGR) la que solicitó al congreso iniciar ese proceso. El mismo deja ver que existen suficientes elementos de juicio para determinar ha lugar a formación de causa.
El proceso será ventilado, analizado y concluido por una comisión especial creada para ese fin. Es previsible dejar al descubierto que esta determinará un inminente desafuero del personaje ya mencionado.
No podemos pasar por alto que el fenómeno del incremento en el número de homicidios se da justamente en esta coyuntura, lo cual deja muy claras las motivaciones de este fenómeno, es decir, que el incremento de homicidios en los últimos días no es un caso aislado, más bien está concatenado y deja al descubierto que las negociaciones ilícitas a las que hace alusión la investigación podrían tener una directa vinculación con ese hecho y, de ser probado, se podría llegar a convertir en una prueba adicional al proceso.
En lo que respecta al caso que ocupa a la comisión especial que ventila el posible desafuero de Norman Quijano, surgen muchas interrogantes y desfilan hasta personajes oscuros asilados en Nicaragua, supuestamente siendo antagónicos.
En el pasado nos hacían creer que eran como el agua y el aceite, pero ahora se apoyan, se consolidan, se funden en una misma estrategia y hasta esgrimen comentarios a favor del citado diputado del Parlacen.
Las preguntas que como salvadoreños nos debemos hacer son las siguientes: ¿a qué país representa Norman Quijano en el seno del Parlacen?, ¿con los votos de ciudadanos de qué país fue electo Norman Quijano al Parlacen?, ¿de qué país es el partido con el que participó Norman Quijano para ser electo diputado al Parlacen? Con respecto a la deuda política, ¿qué país eroga los recursos en concepto de deuda política para poder participar y ser electo diputado al Parlacen?
Las respuestas a estas y otras interrogantes nos llevan a un solo nombre: El Salvador. Entonces, ¿en qué país debería conocerse, ventilarse y juzgarse? Obviamente, en El Salvador. Ante este planteamiento no faltarán las posiciones divergentes de sectores oscuros que por medio de «argumentos jurídicos» pretenderán hacer creer que se viola el debido proceso a Quijano.
Queda en evidencia que alrededor de este caso surgen prácticas del pasado, en las que se vuelve a jugar con la vida de salvadoreños, dejando una estela de luto y dolor a quienes ahora lloran la pérdida de sus familiares asesinados en los últimos días por grupos irregulares y al margen de la ley.
Por medio de investigaciones periodísticas y de la Fiscalía, hemos conocido el lado más oscuro de quienes negocian con la sangre de los salvadoreños, con las que logramos identificarlos con nombre y apellido, pues existen videos en noticias periodísticas y prueba testimonial, entre otras, que señalan a gente ligada a los partidos ARENA y FMLN como negociadores con grupos al margen de la ley.
Estos oscuros personajes incluso amenazaron con frases que podrían considerarse apología del delito, pues dentro de la interpretación de su lenguaje simbolizan oscuras pretensiones de hacer llamados a la población y a grupos al margen de la ley a cometer delitos. «Acá les vamos a armar Troya», dijo un expresidente de ARENA, en su momento, lo cual deja al descubierto su forma de actuar.
Cada cosa, cada acción, cada movimiento tiene una razón de ser, tiene en su esencia una motivación y, por ende, un punto de llegada. En ese sentido, se espera que el Gabinete de Seguridad y los organismos de inteligencia den pronta respuesta a una investigación y, por consiguiente, ponen a disposición de las autoridades a quienes se vean involucrados, tanto hechores materiales como intelectuales, entre estos últimos, los nefastos personajes anteriormente aludidos.
Las máscaras se les caen y dejan al descubierto el lado más oscuro de quienes negocian con la sangre de los salvadoreños, son develados y ahora conocidos y rechazados por nuestra población.