Un listón amarillo portó cada uno de los diputados de ARENA la semana pasada, con el objetivo de mostrar solidaridad con su compañero Norman Quijano, luego de que la Asamblea Legislativa dio moción a la petición fiscal de desafuero como diputado del Parlacen.
ARENA, como es su costumbre, vuelve a arropar a uno de los suyos, sobre quien pesan contundentes pruebas de negociaciones ilícitas en contra del pueblo salvadoreño, y al unísono sus legisladores gritan: «¡Todos somos Norman!».
Expertos en torcer las leyes a su conveniencia, los tricolores han intentado que Quijano no enfrente la justicia a como dé lugar. Antes gozaban de la protección de todo un sistema judicial hecho a la medida. Las chequeras de sus financistas compraban las voluntades de magistrados, jueces, fiscales, ONG, periodistas y hasta diputados de otros partidos políticos, consiguiendo todo lo que quisiesen. Un sistema político-judicial corrupto y nefasto.
Si no podían torcer una ley, para eso estaban los diputados, para inventar otra o hacer reformas. Y si alguien osado ponía recursos de amparo en la Corte Suprema de Justicia, ya los señores del Olimpo estaban listos para desechar toda acción legal.
Recuerdo cuando Quijano dijo que estaba dispuesto a enfrentar la justicia y a defenderse porque «el que nada debe, nada teme; tengo la conciencia tranquila». Claro, lo dijo cuando ese sistema de ultratumba estaba a su servicio. Pero, al ver que todo cambió, ahora en favor de las grandes mayorías y en menoscabo de los poderosos y los políticos sucios, en su último día como diputado corrió como gacela hacia Honduras.
No tardaron los magistrados de la Cámara Primera de lo Penal, quienes siempre han ocultado sus verdaderos intereses y los de sus benefactores, en anular el proceso fiscal y judicial en contra de Quijano, y luego ratificar que «era apto para asumir como diputado del Parlacen»; mientras él se lamía la consumación de su perversidad en su escondite en el extranjero.
Gracias a Dios, ahora tenemos una Asamblea Legislativa elegida por los salvadoreños y, por fin, las cosas están cambiando en este país en favor de las grandes mayorías. Con 65 votos, aprobó que se declarara abierto el proceso de antejuicio contra Quijano, y nombró a la comisión especial para su desafuero. Una acción que debió ser innecesaria, si el Parlamento no se hubiera prestado a semejante aberración.
Estoy convencido de que a los salvadoreños les repudia escuchar a personas como Quijano declararse «perseguidos políticos». Veamos: negoció con pandillas para llegar a ser presidente de la república en 2014, junto con su compañero de fórmula, René Portillo Cuadra. El trato era lograr votos para su candidatura a cambio de privilegios para esos grupos delictivos. Y no solo eso, les ofreció que pusieran a quien quisieran en puestos importantes del Gobierno. Videos, fotografías, pruebas testimoniales y periciales, incluyendo la confesión pública del exvicepresidente de ideología de su partido, ponen en evidencia a Quijano.
Por cierto, Portillo Cuadra es su principal defensor y «gallo de pelea» en los recintos legislativos, quien conoce muy bien dicha situación. ¡Qué desfachatez la de este señor que aún es diputado! ¡Con qué cara pretende seguir engañando y confundiendo al pueblo!
Los abogados probos, esos que no tuercen el derecho, han explicado y demostrado que las acciones de la Asamblea Legislativa son legales y apegadas a las leyes y los decretos. Los artículos 236, 144 y 246 de nuestra Constitución, entre otros, dan toda la potestad a los diputados para desaforar al delincuente Quijano.
El que quiso ser presidente de los salvadoreños, el que negoció con la sangre de los salvadoreños para lograrlo, ahora enfrentará la justicia y se convertirá en el segundo diputado del Parlacen sin inmunidad.
El primer diputado del Parlacen en la historia salvadoreña al que se le retiró el fuero fue, ni más ni menos, otro arenero y en 2006 sus mismos compañeros y los efemelenistas, con 83 votos, lo desaforaron, porque así lo establecen las mismas leyes y los mismos decretos que ahora la nueva Asamblea Legislativa aplica.
Por cierto, Quijano votó para que su compañero perdiera la inmunidad. Las vueltas de la vida.
Ahora, los que queremos un presente y un futuro mejor para nuestra nación esperamos con ansias la consumación de la verdadera justicia, que por décadas se les negó a todos los ciudadanos.