Una repentina plaga causó daños en la totalidad de los cultivos de sandía que fueron sembrados este año en diferentes parcelas de Intipucá, La Unión, dejando cuantiosas pérdidas económicas para los productores.
La semana pasada un equipo técnico de la Dirección General de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) hizo recorridos en la zona y realizó un diagnóstico en el Laboratorio de Fitopatología del MAG, el cual determinó la presencia del hongo Fusarium en los cultivos de sandía.
De acuerdo a los técnicos, esta plaga ataca las plantaciones de frutas como sandía, melón y pepino; pero también causa daños en hortalizas, como las variedades de chile dulce y picante, tomate, entre otras.
«Los síntomas del Fusarium son: amarillamiento de la hoja, las cuales también presentan manchas de color marrón, afectando el desarrollo de las plantas en forma general, porque daña el sistema vascular, y por tanto el movimiento de los nutrientes se ve atrofiado. La hoja se marchita y las flores se caen, y las que sobreviven dan frutos que no crecen y con manchas necróticas», explicó Erasmo Perla, jefe de Sanidad Vegetal de la región oriental.
De acuerdo a los técnicos, la plaga habita en el suelo y puede permanecer en el lugar alrededor de tres años; pero este hongo se reproduce a través de las esporas que pueden viajar a través del viento y del agua lluvia hasta 400 kilómetros, y afectar otras plantaciones de los alrededores.
En Intipucá se estima que un poco más de 350 productores de sandía han resultado afectados por este hongo, con pérdidas por completo. En las parcelas es evidente que algunos frutos crecieron pero no maduraron, otros se pudrieron cuando comenzaban a crecer y algunos se han quedado pequeños, pero se están rajando.
«Yo llevo unos 36 años sembrando sandía y aunque habíamos tenido pérdidas, pero nunca había sido como este año. Había sembrado cinco manzanas de sandía, en los que invertí unos $3 mil en semilla, fertilizantes, mano de obra y otros gastos, los qué no se como voy a recuperar», dijo Julio Quintanilla, productor de sandía.
Esta es la primera ocasión que los técnicos del MAG detectan la presencia del hongo en esa zona, y su aparecimiento podría deberse a que la semilla o alguna planta estaba contaminada y contagió al resto de cultivos de los alrededores.
Plan institucional
Una de las características del Fusarium es su resistencia, por lo que el MAG ejecutará un plan en conjunto con los productores, para eliminarlo y que se pueda seguir cultivando la sandía en esa zona del oriente del país.
La estrategia pasa por implementar buenas prácticas agrícolas en las parcelas, capacitar a los productores y ampliar los análisis para determinar la fertilidad y la situación fitosanitaria del suelo en el que se ha estado sembrado la sandía.
«En primera instancia manejaremos de forma adecuada el rastrojo, arrancándolo, y lo destruiremos con quema controlada. También sugerimos rotación de cultivo con el fin de romper el ciclo de la enfermedad, se sembrará maíz, frijol y maicillo”, apuntó Perla.
Las capacitaciones a los productores estarán enfocadas a las buenas prácticas agrícolas, inocuidad de alimentos y el manejo agronómico de los cultivos.
El MAG trabajará también para tener una semilla certificada, para conocer la calidad fitosanitaria de la misma, y que pueda ser itilizada por los productores.