El domingo pasado, tras la victoria 2-1 de Alianza sobre Águila, Adolfo Salume, presidente de los paquidermos, dijo por primera vez a un medio de comunicación, en este caso a «Diario El Salvador», que Fito Zelaya, delantero de su equipo, «es el mago del fútbol salvadoreño». Comprendo que haya dicho eso porque estaba emocionado. Su atacante llegó desde el inicio del segundo tiempo, cuando los albos perdían 1-0, y resolvió el partido en apenas dos minutos y les dio la clasificación a las semifinales del torneo Clausura 2021.
Son opiniones, estoy de acuerdo, como estas letras, pero no las comparto. El calor de la emoción le ganó a Adolfo Salume en sus aseveraciones. También a mí. Desde la redacción del diario tuve que seguir ese partido sufriendo, porque con este nuevo formato y perdiendo 1-0 se antojaban los penaltis. Los lanzamientos de la muerte para Alianza, porque nunca le va bien. Contra el mismo Águila le tocó perder una final.
El 24 de abril de este año, el presidente de Alianza presenció un partido de Águila en el estadio Juan Francisco Barraza. Recibió improperios por llegar con la elástica de uno de los archirrivales del cuadro migueleño (la de los albos), sin que el equipo de la capital estuviera parado en el césped. Ante los insultos, en medio de una sonrisa, dijo que los hinchas aguiluchos eran pasionales. Y me parece que sus declaraciones sobre Zelaya también las hizo más con la pasión que con la razón.
Al punto que quiero llegar es que, por muy buen jugador que sea Fito, no se puede comparar con el Mágico. El 22 de los capitalinos tiene talento, sobre todo para hacer goles. Pero él mismo reconoció: «Ningún jugador se va a comparar con el Mágico. Sabemos que él es el mejor jugador de la historia de El Salvador y será difícil que salga alguien como él». Lo dijo en la KL, durante el programa «Alianza Radio», en el que fue entrevistado.
La semana pasada, en El Salvador estuvieron Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras, presidente y vicepresidente del Cádiz español, respectivamente. El club en el que jugó el Mágico envió a dos directivos de peso para cerrar un trato con el Instituto Nacional de los Deportes (Indes) para sumarse al apoyo de las 262 escuelas que la entidad de Gobierno está fundando en el territorio nacional.
Vizcaíno fue claro en que el apoyo que brindarán es gracias al mejor futbolista salvadoreño de todos los tiempos. El club ibérico quiere devolver un poco de lo que Jorge le dio al equipo en la década de los noventa.
«Mágico González nos ha dado mucho y lo único que podemos hacer es devolverle un poco colaborando con su país y el Indes. Quiero que todos los salvadoreños consideren al Cádiz como el equipo de su alma y que, cuando gane, todos los salvadoreños sientan que son ellos quienes ganan», declaró el presidente del Cádiz en la conferencia en la que se estrecharon lazos de colaboración con el fútbol cuscatleco.
Hubo, hay y seguramente habrá más jugadores talentosos en nuestro fútbol, pero ninguno como el Mágico. Jorge es como Maradona, Pelé o Johan Cruyff. Aparecieron en sus respectivos países y fueron futbolistas de buen pie, finos, goleadores, pero todos ellos también son irrepetibles. No comparemos a nuestros ídolos, todos tienen su lugar, y la historia los pondrá en el lugar que merecen.