Como parte de una campaña científica, los equipos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) iniciaron una serie de estudios geoquímicos y verificaron el cuerpo de agua de los lagos ubicados en los sistemas volcánicos activos de El Salvador. Durante las jornadas hicieron un muestreo de agua y midieron los gases en Boca Tronadora, una formación volcánica en San Juan Opico, La Libertad.
Esto se lleva a cabo en colaboración con el Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, la Universidad Católica del Norte de Chile y la Universidad de El Salvador (UES).
El objetivo es analizar la composición de los gases y del agua en estas zonas volcánicas y manifestaciones termales, y de esta manera proporcionar una valiosa información sobre la actividad de estos sistemas en El Salvador.
«Los resultados contribuyen a la mejor comprensión de la actividad volcánica y a la gestión de riesgos en beneficio de nuestras comunidades», dijo la institución.
Los investigadores del instituto explicaron que el primer día hicieron un muestreo de gases de manera remota y con multigas, específicamente en el sector de Punta Chiquirín y Playitas, en La Unión.
«En esta instancia se muestrearon aguas de escorrentías, agua de mar y de lluvias de la zona», detallaron.
Durante la primera reunión con las autoridades del MARN, el director del Instituto Milenio, Felipe Aguilera, indicó que trabajarán en distintos sistemas volcánicos obteniendo muestras de gases y agua.
Asimismo, destacó que una de las particularidades de El Salvador es que hay sistemas volcánicos con calderas que alojan grandes lagos con emisiones gaseosas y de agua.
Además, el MARN mantiene la vigilancia volcánica, la cual consiste en hacer mediciones sistemáticas y periódicas de diferentes parámetros físicos y químicos de los volcanes activos.
El objetivo es establecer las líneas base de su comportamiento e identificar cambios que indiquen una posible reactivación volcánica. La medición de estos parámetros la desarrollan a través de diferentes técnicas de monitoreo y con el apoyo de los observadores locales.
Los volcanes son monitoreados a través del Programa de Vigilancia Permanente y las redes de instrumentación son San Miguel, San Salvador, Santa Ana, San Vicente; Izalco, Sonsonate. También, vigilan el lago de Ilopango.