En diciembre, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) reportó 1,762 sismos, de los cuales 222 fueron sentidos por la población. El 90 % se ubicaron dentro del territorio por activación de fallas geológicas locales y el 10 % ocurrió frente a la costa de El Salvador o en países vecinos.
El movimiento de mayor magnitud fue de 5.8 y se reportó el 8 de diciembre en Conchagua, La Unión, y sus alrededores, con una profundidad de 5 kilómetros.
Con respecto a la actividad sísmica, se registraron 1,513 réplicas, de las cuales 201 fueron sentidas. Las magnitudes oscilaron entre 2.0 y 5.0.
Medio Ambiente también informó sobre la evolución de la actividad sísmica frente a las costas del departamento de La Paz, tras del sismo de magnitud 6.3 en la escala de Richter, a una profundidad de 33.1 kilómetros.
Hasta ayer se han registrado 175 réplicas, 22 han sido reportadas como sentidas por la población, las magnitudes oscilaron entre 2.5 y 4.8 en la escala de Richter.
Por las características de las señales registradas, el origen de esta actividad sísmica es atribuido al proceso de subducción de las placas tectónicas Cocos y Caribe, y no representa amenaza de tsunami para la costa salvadoreña.
De acuerdo con el pronóstico de réplicas, es probable que sigan ocurriendo eventos sísmicos en la zona, principalmente de menor magnitud. Los expertos advierten que existe una alta probabilidad de que se registre al menos un sismo con magnitud superior a 4.0 durante la próxima semana.