Las iglesias católicas en El Salvador han acatado los protocolos de bioseguridad establecidos por el Vaticano, con el objetivo de colaborar para que no haya más contagios por la COVID-19, especialmente durante este tiempo que inician las celebraciones por la Cuaresma.
De acuerdo con el párroco de la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe, Antonio Manuel Cordero, el miércoles 17 de febrero se llevará a cabo la imposición de la ceniza, que anuncia el inicio de la Cuaresma, pero dicha celebración no se llevará a cabo como en años anteriores.
Los cambios, establecidos por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, encargada de la mayoría de los asuntos relacionados con la liturgia de los templos católicos en el mundo, mandatan que, por la pandemia, el acto de la señalización con la ceniza será distinto este año.
Comúnmente, los sacerdotes hacen la señal de la cruz en la frente, con ceniza húmeda, pero ahora la harán con ceniza seca. Una vez que el sacerdote haga la oración y bendiga la ceniza para toda la comunidad, se lavará las manos, colocará bien su mascarilla para proteger la nariz y la boca, se acercará a los fieles, tomará la ceniza y la dejará caer en la coronilla de la cabeza de las personas, sin decir nada.
Las modificaciones autorizadas por el Vaticano, anunciadas por la Santa Sede, tienen como objetivo resguardar la seguridad de los feligreses y evitar el contagio de coronavirus durante la ceremonia del Miércoles de Ceniza en las iglesias católicas de todo el mundo».
Daniel Amaya, encargado de la Catedral de San Salvador
Otra manera para llevar a cabo el rito será que el sacerdote, manteniendo la sana distancia, podrá acercarse a las personas que estén de pie para imponer la ceniza.
Por otra parte y de acuerdo con el protocolo solicitado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se deberá dar la hostia en la boca, sino en la mano, como una de las principales medidas de bioseguridad. Para este momento, los feligreses que decidan participar en la comunión no harán fila; en esta ocasión, el sacerdote, cuando esté listo, avisará a quienes deseen comulgar para que permanezcan de pie para la desinfección de manos, y los que no van a comulgar deberán sentarse.
El párroco de la Basílica de Guadalupe también especificó que en años anteriores se recibieron 1,200 personas aproximadamente durante las celebraciones del inicio de la Cuaresma, pero ahora, con los protocolos sanitarios, solo podrán recibir un máximo de 300 personas por misa, y se colocarán las sillas de modo tal que los feligreses sepan los lugares específicos donde pueden sentarse.
«Para el Miércoles de Ceniza es importante que colaboremos para que las normas de protocolo se cumplan, debemos cuidarnos unos a otros. Recordemos que la vida es el don más grande que Dios nos ha dado, debemos defenderla y cuidarla» expresó.