Cada año que pasa está lleno de dificultades y oportunidades, unas más representativas que otras. Es muy popular leer o escuchar frases como «el lunes empiezo», «el próximo año será mejor», «en enero inicio con pie derecho». Pero ¿cuál es el verdadero motivo de esperar? ¿Qué nos impide iniciar nuestros objetivos un viernes? Es interesante cómo nos dejamos llevar por frases que simplemente se hicieron populares y fueron aceptadas cuando realmente cada uno de nosotros somos libres de tomar las decisiones en el momento que lo deseamos.
En pleno inicio de 2020 me dije: «Daré mi máximo esfuerzo de enero a mayo aprendiendo, luego puliré lo aprendido, disfrutaré las vacaciones y no voy a sobreexigirme». Pero gracias a una situación que aún afecta en cierta medida al mundo entero, hice todo lo contrario: me vi obligado a dar un esfuerzo extra aprendiendo cosas que no creí que fueran en algún momento tan indispensables y urgentes, no sabía que tenía ciertas habilidades para aprender de tecnología; la computadora se volvió mi herramienta principal, para aprender, trabajar, emprender y socializar. El 2020 fue muy provechoso ahora que lo pienso. Muchas personas, empresas y organizaciones vivieron lo mismo, tuvieron que adaptarse y hasta reinventarse para no quedarse estancadas y continuar siendo productivas.
No importa la hora, el día, mes o año, siempre podemos establecer metas y empezar a trabajar por ellas; hay que tomar en cuenta los puntos de las metas inteligentes para poder tener la seguridad de que podremos lograrlo. Apareció por primera vez a principios de la década de 1980, en una publicación del investigador estadounidense George T. Doran a la que llamó «There’s a S.M.A.R.T. Way to Write Management’s Goals and Objectives». Algo así como «Hay una manera inteligente de definir objetivos de gestión», en donde «inteligente» es reemplazado por S.M.A.R.T., cuyas iniciales han ido teniendo variaciones, pero en general significan: S («specific») – específico, M («measurable») – medible, A («achievable») – alcanzable, R («relevant») –relevante, T («time bound») – tiempo límite.
Cuando quiera establecer una meta, defínala de forma muy específica, debe tener claro cada detalle de lo que desea, responda qué es lo que desea específicamente; debe ser medible, para esto es necesario seccionarla o dividirla en partes aceptables, poder tener una lista de verificación de lo que se va logrando y también que se lleva el rumbo correcto, pregúntese cómo va a saber que va por buen camino; por supuesto, debe ser algo alcanzable, como se dice coloquialmente, «con los pies en la tierra», ¿esto es humanamente posible o alguien más ha hecho algo similar? Otro punto importante es que debe ser relevante, porque debemos sentir que el objetivo nos mueve para realizar los esfuerzos necesarios y tener, por supuesto, los recursos básicos indispensables, de nuevo respóndase otra pregunta: ¿es lo suficientemente importante para mí? Finalmente, con un tiempo límite, así que ¿cuándo considero que será un tiempo prudente para lograrlo? Porque si no, empezaremos a postergar, o una palabra que suena muy elegante: procrastinar, que es simplemente posponer o dejar para después.
Es momento de establecer metas alcanzables, sin excusas; debemos aprender del pasado, vivir adecuadamente el presente y tener claro lo que deseamos en el futuro.