La experiencia adquirida por más de 30 años en el área de liderazgo empresarial en diferentes países, empresas multinacionales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales e instituciones de carácter humanitario con personal de diferentes nacionalidades, lenguas, culturas, religiones y competencias académicas nos permite afirmar que un buen líder empresarial no solo debe conformarse con gestionar o buscar resultados, esto es pasado, sino adaptarse a los grandes cambios que impone la economía a escala global.
Un estudio presentado por la consultora norteamericana Page Executive revela algunas claves que caracterizan al buen líder empresarial, y a continuación presentamos las que consideramos más importantes.
Anticipar el futuro: Esta clave nos muestra que un buen líder empresarial debe estar preparado para cualquier tipo de eventualidad de cara al futuro, lo que implica tener una visión proactiva que sea capaz de adaptarse en el corto tiempo a los nuevos cambios, además de tener la voluntad de prevenir riesgos, que al final pueden representar un elevado costo para algunas empresas.
En 2008, la empresa para la cual me encontraba laborando, y gracias al buen liderazgo de nuestro director general (Physiotherm Suisse) se logró mantener la cartera de clientes, aun cuando los precios de nuestros productos se incrementaban, pero aquí la clave del éxito se basó en persuadir a nuestros clientes de que nuestros productos eran de alta calidad, un hecho innegable.
Al final, la percepción se mantuvo a nuestro favor, al igual que el nivel de ventas. Gestionar el talento:
Los buenos líderes saben gestionar el talento, y esto al final les permite mantener a los empleados motivados.
Durante los años que laboré en diferentes empresas en Europa se pudo percibir que aquellas empresas que mantuvieron a sus empleados motivados obtuvieron mejores resultados en la práctica, y esto pasa por evaluar las capacidades de sus miembros y colocarlos en los puestos de trabajo que les permitan desarrollarse mejor en el tiempo.
Lo que se conoce en el mundo de los negocios como «win-win», es decir, que ganaba el empleado y la empresa. Pensar en clave internacional: Esta clave es de vital importancia para todo tipo de empresa, y es necesario adaptarse a los grandes cambios que provocó la globalización económica, la COVID, la inflación mundial y la guerra Ucrania-Rusia.
En la nueva realidad, la contratación de un líder empresarial pasa porque esta persona tenga buen dominio del inglés, que posea experiencia en el funcionamiento de los mercados internacionales, y sobre todo, capacidad de hacer negocios con personas de diferentes nacionalidades. Si las empresas logran observar la importancia de estos elementos, tendrán mejores proyecciones de éxito en el corto plazo.
Ser un líder digital: La comunicación digital se ha convertido en uno de los ejes principales para potenciar la reputación en línea de las empresas.
En la práctica, aquellos líderes que entiendan el poder de influencia de las redes sociales y además sepan cuál es la lógica de funcionamiento respecto de los mercados nacionales e internacionales tendrán mejores oportunidades de éxito que aquellos que dejan de lado el poder de influencia que tienen las redes en los consumidores.
Los años de experiencia acumulados en la empresa Cyon Swiss AG me permiten aseverar que el uso de herramientas como SEO, Google Analytics, email marketing, social media marketing y Facebook Ads lograron ubicar a la empresa en una posición privilegiada en el rubro de tecnología digital.
El milagro de la comunicación digital nos permite a todos mejorar las relaciones comerciales entre vendedores y compradores, productores y compradores por ser más directa y fluida, además de hacer negocios con personas de diferentes nacionalidades, culturas.
Fomentar el coliderazgo y la colaboración: La experiencia laboral nos permite concluir que los líderes que trabajan con la idea de fomentar el coliderazgo y reparten responsabilidades directivas entre varios empleados tendrán mayores posibilidades de éxito.
Esto requiere, además, un líder que logre detectar cuáles son las competencias que distinguen a sus subordinados, y a partir de ahí delegar funciones.
Esto último fomenta el liderazgo participativo y mantiene a la gente motivada. Considero que el buen líder sabe que delegar es una necesidad vital en los puestos de dirección, y es que no se puede «ofrecer una misa, tocar la campana de la Iglesia y además recoger la ofrenda al mismo tiempo».