El Centro Penal Apanteos reportó en años anteriores un promedio de 120 casos de tuberculosis (TB) al año, pero a partir de agosto de 2020 ese reclusorio, que a la fecha alberga 4,315 reos, fue declarado libre de la enfermedad que ha afectado a centenares de privados de libertad tanto en El Salvador como en toda Latinoamérica.
«Apanteos es uno de los 15 centros penitenciarios libres de tuberculosis que tenemos a nivel nacional, cuando agarramos el sistema penitenciario andaban arriba de los 2,800 casos de tuberculosis», manifestó el director de Centros Penales, Osiris Luna Meza durante un recorrido en el referido reclusorio.
Los otros penales libres de tuberculosis son: Mariona, cárcel de Mujeres, todos los centros de detención menor y las granjas penitenciarias.
Luna explicó que, al inicio de su gestión, el 1 de junio de 2019, registraban 2,800 pacientes de tuberculosis y con el trabajo en conjunto con doctores, enfermeras y promotores de salud han logrado reducir a 500 casos, los cuales dentro de seis meses terminarán su tratamiento y podrán declarar el sistema penitenciario salvadoreño libre de esa enfermedad.
En 2018, Centros Penales reportó el contagio de 1,400 privados de libertad y los recintos carcelarios donde se registraron más casos fueron Quezaltepeque (242); Izalco (183); y Ciudad Barrios (187).
La doctora del penal Apanteos, Monserrat Martínez explicó que para tener ese buen resultado intensificaron las campañas de detección de pacientes sintomáticos respiratorios, lo cual les permitió brotes dentro de los sectores. Agrega que incrementaron las pruebas para detectar el padecimiento, luego a los positivos los aislaban y los enviaban a los centros especializados para tratar la tuberculosis.
«A mediados de agosto terminamos con los casos registrados, finalizamos con un total de 20 casos confirmados. Es un gran logro ya que en años anteriores había un promedio de 120 casos. Tener un penal libre de eso es un logro, debido a la prevención y al aislamiento se mantiene a cero», expresa Martínez.
La galena destaca el trabajo de los 22 reos que se desempeñan como promotores de salud dentro del recinto penitenciario y dice que «ellos son los encargados de la salud de sus compañeros, son nuestros ojos dentro de las celdas y están capacitados para detectar cualquier tipo de emergencia, toman temperatura, presión arterial y ellos detectan a los pacientes en clínica para darles el manejo, ellos se encargan de canalizar hasta la clínica».
REOS DESNUTRIDOS ESTÁN PROPENSOS A TUBERCULOSIS
El director de penales Osiris Luna informó que, en lo que lleva de gestión han logrado reducir de 13% a un 0.7% los niveles de desnutrición en el sistema carcelario y eso ha influido en la baja de casos de tuberculosis dentro de la población recluida.
«La tuberculosis no solo la afecta el hacinamiento sino también el tema de la desnutrición, una persona que tenga bajas las defensas está más propenso a enfermarse de tuberculosis, entonces lo que hicimos nosotros fue un plan de nutrición. Reducimos la desnutrición que había en el sistema que andaba en un 13%, la redujimos a un 0.7%. Con ese plan subimos las defensas de los reos y menos se contagió», señala Luna.
En cuanto al hacimiento, el funcionario informó que están en un 36% de la capacidad de los centros penales, considera que ese porcentaje está bien. Añade que una de las formas en que lo reducirán es con el plan Cero Ocio, el cual le da herramientas a los privados de libertad para aprender un oficio que les permitan generar ingresos cuando vuelvan a la vida fuera de las cárceles.
«Una de las formas que pensamos reducir es no solo construyendo más cárceles sino se reducirá por la no reincidencia, hay que romper el círculo de la violencia», dice Luna.