Casi un año después del ataque mortal al Capitolio de Estados Unidos, el Pentágono informó el jueves que agilizaría el proceso con el que se aprueba y activa el uso de las fuerzas de la Guardia Nacional en Washington.
El Pentágono fue criticado por su lenta respuesta durante el ataque del 6 de enero al Congreso a manos de partidarios del entonces presidente Donald Trump, que dejó cinco muertos y decenas de heridos.
Los oficiales militares tardaron más de tres horas en desplegar a la Guardia Nacional hacia el Congreso, asediado por vándalos ante una serie de requisitos burocráticos.
El Secretario de Defensa será a partir de ahora «la autoridad de aprobación única para todas las solicitudes» concernientes al uso de emergencia del personal de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, dentro de Washington, señaló el Pentágono.
«Al aclarar y perfeccionar el proceso de solicitud (…) el Departamento podrá responder a las solicitudes de manera eficiente, rápida y eficaz», explicó el portavoz del Pentágono, John Kirby, en un comunicado.
La capital de Estados Unidos, que está separada de los estados limítrofes de Maryland y Virginia y no es un estado por derecho propio, tiene un estatus especial que les impide a funcionarios locales enviar fuerzas militares, policiales o de la Guardia Nacional al Capitolio, un edificio federal.
Cuando la policía estaba siendo sobrepasada por los vándalos, se les pidió ayuda a funcionarios del Pentágono, quienes dijeron más tarde que fueron reacios a enviar reservistas uniformados y armados al Congreso por temor a exacerbar las tensiones.
Los cientos de reservistas de la Guardia Nacional que se apostaron en Washington durante el pasado verano, en medio de las grandes protestas contra el racismo, fueron criticados por la violencia que aplicaron contra los manifestantes.