La dinámica de la campaña electoral hace que los candidatos se vuelquen al territorio para pedir el voto de la gente, pero lo que para algunos es un baño de pueblo que se dan únicamente cuando hay elecciones, para los candidatos de Nuevas Ideas es una práctica cotidiana que no interrumpimos jamás porque es un valor fundamental de nuestro movimiento.
Precisamente, una de las características del estilo de gobierno de Nayib Bukele que más nos atrajo a los jóvenes en su momento fue ver el contacto que establecía con la gente, primero como alcalde de Nuevo Cuscatlán y después de San Salvador. Y que una vez en la presidencia se convirtió en un mandato que logró plasmarse en todo el territorio nacional por medio de los gabinetes de trabajo de las distintas áreas de gobierno. A medida que ascendió en la escala de representación política, lejos de perder cercanía, el presidente Bukele profundizó su vínculo de solidaridad con la población salvadoreña. Esa es una marca de nacimiento de nuestro espacio.
Estábamos acostumbrados a ver políticos distantes, que se movían en ambientes donde los ciudadanos no entraban y que lo único que querían escuchar era aplausos. Que nos devolvían la imagen de un pueblo pobre, sin posibilidades, empequeñecido tanto en su territorio como en su economía y en su dimensión espiritual. En cambio, hoy la presencia del gobierno en las calles ya forma parte de la habitualidad: funcionarios desplegados en las comunidades ya sea para dar seguridad, entregar alimentos, solventar una emergencia o brindar actividades culturales y recreativas.
Las propuestas que llevaremos como diputados de Nuevas Ideas a la Asamblea son el fruto de ese diálogo constante con las comunidades, y esa es la mejor garantía de que el trabajo en el recinto se va a traducir en beneficios concretos para los salvadoreños. Como representante de Santa Ana trabajaré junto con mis compañeros en la Asamblea para que las oportunidades lleguen a los santanecos y honrar así el compromiso que en estos días de campaña he asumido con todos ellos, especialmente el que se refiere a las mejoras en la educación.
En el Plan Cuscatlán, programa de Gobierno del presidente Bukele, están incorporadas todas las acciones para el aprendizaje y desarrollo de las personas, desde la misma gestación y para toda la vida. Están las ofertas universitarias, las oportunidades para la formación de talento humano, los edificios de Mi Nueva Escuela y el proyecto Crecer Juntos, que lidera la primera dama. Unido a eso, la formación en arte y en deportes, disciplinas centrales en los procesos de aprendizaje modernos, no para crear artistas o campeones desde las escuelas, sino para que cada niño tenga un mejor desarrollo humano.
La fortaleza del Plan Cuscatlán es que nos ofrece una visión completa del proyecto de país y representa el sentir del salvadoreño, que sabe que ahora sí es posible un mejor futuro. La propuesta de Nuevas Ideas para la Asamblea no es un paliativo al atraso, como el que presentan los partidos tradicionales, sino una verdadera hoja de ruta para que salgamos adelante juntos, sin dejar a nadie en el camino.