Muchas veces exigimos mejores sistemas de educación y desarrollo en nuestra sociedad para ejecutar nuestras metas o desarrollos profesionales. La mayoría de la sociedad se forma según el conocimiento, ambiente y contexto (lugares y personas) donde crece y se estimula mentalmente. Pero no todos los que están influidos por ese ambiente y contexto no se limitan según las circunstancias, pues aparecen personas maravillosas que tienen un poder interno que las hace romper toda paradoja.
De allí es donde salen grandes personajes de la historia que han roto toda lógica, creciendo y superando en creces las adversidades y los ambientes donde supuestamente estaban destinados a vivir toda la vida.
Un ejemplo es Andrew Carnegie, un inmigrante escocés que llegó con su familia a Estados Unidos en busca del sueño americano. Él creció solo con su madre y tomó el rol de jefe de familia para apoyarla para crecer y salir de la pobreza. Por circunstancias de la vida, de los 10 a los 12 años trabajó como encargado de cambiar carretes de hilo de una fábrica. Fue creciendo y comenzó un trabajo de telegrafista con la entrega de mensajería, donde conoció a Thomas A. Scott, de la Pennsylvania Railroad Company, que lo contrató como secretario y telegrafista, y rápidamente fue escalando en la empresa ferroviaria.
Luego, él invirtió en el acero que fue lo que marcó su gran desarrollo y aporte a la economía estadounidense. Resumiendo su gran desarrollo: fue el hombre en esa época que llegó a tener la mayor cuenta privada en un banco en toda la historia de la humanidad.
Como vemos, el ambiente y contexto donde crecemos no define quienes seremos o que decidimos ser en nuestro presente para construir nuestro futuro. Nos define nuestro poder interno para superar las adversidades y marcar la diferencia que muchos no han podido hacer, pues dejan que las circunstancias y el ambiente se apoderen de sus pensamientos y de su forma de actuar.
Pero no solo veamos al pasado donde grandes personajes de la historia nos han enseñado que sí se puede marcar la diferencia. Ahora, podemos también ver en nuestro presente y no importa el país en el que estemos, ya que incluso en nuestro país El Salvador hay personas con un gran talento innato que han sabido romper esas paradojas del ambiente y del contexto con una actitud propositiva y de acción en sus pasos, siguen creciendo contra cualquier adversidad, creencias y limitaciones. Esas personas que cada día tienen un plan de acción, una meta, un objetivo y su palabra favorita es acción; como cuando comienza una película de Hollywood donde ellos escriben el guión y son la estrella principal.
Estas personas maravillosas, creativas y entusiastas nos dan un enorme ejemplo en la actualidad, pero también nos dejan un legado para las futuras generaciones, nuestros hijos. Si rompemos esa paradoja, ellos crecerán con la mentalidad positiva y con el ejemplo de nosotros sabrán el camino a tomar sin importar el ambiente y contexto o las limitaciones con las que nacemos.
Sabemos que no solo basta con emprender y hacer un gran negocio aportando al país o la sociedad, pues también debemos aportar esas experiencias a nuestros hijos y las generaciones que influirán directamente en la sociedad en los próximos años. Construyamos para la sociedad, pero más importante aún demos el ejemplo a nuestra familia, a nuestros hijos que son los cimientos del futuro de la familia y de la sociedad en sí, seamos ciudadanos ejemplares con valores y valor para asumir retos en esta vida y nuestros hijos tendrán el ejemplo ideal desde su hogar.