El reaseguro internacional desempeña un rol crucial en el apoyo de las aseguradoras, quienes contribuyen en la promoción de un entorno seguro y sostenible para el crecimiento económico en América Latina.
En la región existen varios países tales como México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Ecuador, Chile y Perú, que son vulnerables a numerosos eventos catastróficos tanto en magnitud como en frecuencia.
En Latinoamérica el reaseguro internacional ha sido clave para mantener la estabilidad del sector asegurador ante los desafíos económicos, políticos y la exposición a catástrofes naturales. En los últimos años, se ha experimentado una serie de cambios económicos y políticos que han impactado directamente en la industria del seguro y reaseguro.
A estos cambios se agrega que la inflación ha alcanzado niveles históricos. Debido a ello, los bancos centrales han elevado las tasas de interés. La depreciación de la moneda sigue siendo una constante en todo el continente. Aunque la mayoría de los contratos son en dólares estadounidenses, una caída en el poder adquisitivo debido a los precios más altos continúa afectando las renovaciones para las aseguradoras.
El ambiente político sigue siendo un factor clave para las reaseguradoras domiciliadas en la región que se ven presionadas por los requisitos de inversión en activos soberanos con una calidad crediticia menor.
Al inicio de la pandemia hubo un endurecimiento del mercado. Las reaseguradoras aumentaron las tasas de prima y los deducibles, redujeron coberturas e incluyeron nuevas exclusiones con diferentes grados de éxito. Las coberturas relacionadas con la COVID-19 no deterioraron significativamente los balances de las reaseguradoras latinoamericanas.
Mientras que algunas reaseguradoras globales han seguido el mandato de sus matrices de salir o limitar su negocio en Latinoamérica, presionadas por una suscripción de riesgo más conservadora o para consolidar su capital en regiones que justifiquen aumento de precios.
Las reaseguradoras globales han enfrentado el aumento de la inflación, las pérdidas sufridas por los eventos catastróficos en todo el mundo, los resultados negativos, la alta volatilidad del mercado mundial y las restricciones en la disponibilidad de capital. Estos hechos han provocado una restricción de la oferta de reaseguro y un aumento en los precios. El aumento de las tasas de interés podría ayudar a mejorar los ingresos netos si la duración de la cartera lo permite.
Esta situación también ha abierto oportunidades para las reaseguradoras nacionales, y reaseguradoras fuera de Latinoamérica, para participar en niveles inferiores de los programas. Se observa nuevos participantes que ingresan a los programas de reaseguro para ocupar los vacíos dejados por las reaseguradoras globales.
Las reaseguradoras regionales con experiencia fuera de América Latina están suscribiendo una amplia gama de líneas no catastróficas tanto dentro como fuera de la región. Este cambio en la suscripción de riesgos forma parte de un proceso de diversificación geográfica. Observamos por otra parte una tendencia de algunos reaseguradores a participar en el negocio directo a través de la suscripción de las aseguradoras en negocios cautivos con el objetivo de ganar participación de mercado.
Proyecciones
Para el 2024 es dable esperar una disminución en las tasas de inflación, el mantenimiento o aumento de las tasas de interés y un crecimiento positivo del Producto Interno Bruto (PIB) en la región. El retorno del capital de las reaseguradoras globales será positivo, atrayendo nuevos capitales y probablemente una mayor suscripción en Latinoamérica.
Además, este escenario contribuirá a mejorar la certidumbre y los resultados, por ende, es posible entonces que las reaseguradoras mantengan su política de suscripción mejorando en muchas renovaciones las condiciones pactadas en los últimos dos años.
Finalmente es importante que los reaseguradores reanuden la educación y capacitación de los ejecutivos de las cedentes. Los cursos que ofrecen hoy en día son muy limitados. Usando la tecnología pueden ser ampliados y abarcar un universo mayor.
Por otra parte, deberían retomar la visión a largo plazo que los caracterizaba y que se perdió cuando fueron enfocándose en el valor de su acción a corto plazo.
Por último, sería recomendable que dejen de participar en el mercado directo de las aseguradoras respetando que sus clientes son estas últimas. Volver a lo básico de mantener los mercados separados.
*Esta nota periodística es patrocinada por Asociación Salvadoreña de Empresas de Seguros (ASES)*