El rey Mohammed VI de Marruecos anunció en su discurso que el reino propuso una iniciativa internacional para facilitar un acceso de los países del Sahel al océano Atlántico, en el marco de la asociación, la cooperación y la realización del deseado desarrollo para todos los pueblos de la región con respecto al Sahara marroquí.
En su discurso, el rey Mohammed VI dijo que «el apego de nuestros hijos en el Sáhara a su marroquindad y su aferramiento a los valores sagrados de la Nación, en el marco de los lazos del juramento de pleitesía, establecidos a lo largo de la historia, entre los habitantes del Sahara y los Soberanos de Marruecos».
El rey de Marruecos también explico que esta iniciativa se trata también del «progreso renaciente, la seguridad y la estabilidad de los que goza el Sáhara marroquí» y del «creciente reconocimiento internacional que se granjea la marroquindad del Sáhara, amén del amplio apoyo a la iniciativa de autonomía», prosiguió el rey.
«Paralelamente a esta situación de legalidad y naturalidad, existe, lamentablemente, otro mundo, separado de la verdad, que aún vive ilusiones del pasado, aferrándose a determinadas tesis completamente superadas por el tiempo», aseveró el Soberano.
En este sentido, sostuvo el rey que «tenemos a aquellos que siguen exigiendo un referéndum, a pesar de haber sido abandonado por Naciones Unidas y ser, a la vez, de imposible implementación; al mismo tiempo que se niegan a permitir un censo de los retenidos en los campamentos de Tinduf, tomándolos como rehenes, en lamentables condiciones de desprecio y humillación, carentes del más mínimo derecho».
El rey de Marruecos también explicó que hay quienes se sirven de la cuestión del Sáhara para encubrir sus numerosos problemas internos, mientras que otros buscan desviar los aspectos legales a favor de estrechos objetivos políticos.
«A estos decimos también: que las asociaciones y compromisos legales de Marruecos, jamás serán a expensas de su integridad territorial y soberanía nacional», insistió su majestad el rey. A este respecto, el soberano anotó que «ya es hora para que las Naciones Unidas asuman su responsabilidad y aclaren la gran diferencia existente entre el mundo real y el mundo legal, que Marruecos representa en su Sáhara, y entre un mundo petrificado, alejado de la realidad y de sus evoluciones».
Por otra parte, el rey recordó los sacrificios consentidos por la generación de la Marcha Verde, agregando que estos sacrificios «nos incitan a adoptar una mayor movilización y vigilancia, con miras a afianzar los logros alcanzados sobre la vía de la consolidación de la marroquindad del Sáhara, así como a continuar el renaciente desarrollo económico que conocen nuestras provincias del sur».
Con el mismo espíritu, el Soberano puso de relieve el imperativo de obrar por que los frutos del desarrollo y progreso lleguen a todos los ciudadanos, en todas las regiones, desde el Rif hasta el Sáhara y desde la zona oriental hasta el Atlántico, pasando por las zonas montañosas, las llanuras y los oasis.