¿Sabías que el Señor Jesucristo va a establecer un reino en esta Tierra, que va a durar 1,000 años? Así es, ese reino fue mencionado por los profetas antiguos, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento de la palabra de Dios. ¿Cuándo iniciará ese reinado? Para que se establezca ese reino tienen que suceder muchos acontecimientos previos, entre los más importantes está, y es el más cercano, el arrebatamiento de los cristianos que se congregan en las diferentes iglesias, y después viene la gran tribulación, que significa la ira de Dios sobre la Tierra, o lo que los profetas han denominado el Día del Señor. El otro acontecimiento que aparece en escena es el advenimiento del anticristo, el hijo de perdición, la encarnación de Satanás en la Tierra, que buscará destruir a los santos de Israel y a los creyentes que se hayan quedado. Esto lo describí con mucha amplitud en mis tres artículos anteriores de la serie del anticristo; ahí describo cómo surge este hijo de pecado, cómo será su gobierno y cuál será el final del imperio del mal.
Después de la destrucción del anticristo y su imperio del mal es cuando el Señor Jesucristo, junto con los redimidos y llevados en el arrebatamiento, establece su reino físico en la gran ciudad de Jerusalén, desde donde gobernará a las naciones durante 1,000 años. Los profetas antiguos describieron el reino de esta forma, Isaías 11:9: «Será buscado por la gente, y su habitación será gloriosa». Ahí mismo, en Isaías 11:6-9, menciona: «Morará el lobo y el cordero, el leopardo con el cabrito se acostará, el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará; la vaca y la osa pasearán, sus crías se echarán juntas y el león como el buey comerán paja, y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, porque la Tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren la mar».
La profecía de Isaías refleja la idea del milenio en un cambio absoluto en todas partes del mundo, donde incluso la naturaleza de los animales salvajes será cambiada. El conocimiento del plan de Dios se enseñará a toda la raza humana. Esto sucederá únicamente cuando Jesucristo regrese a la Tierra, será un tiempo de paz mundial, ya no habrá guerras. En Isaías 2: 2-4 dice: «Porque de Sion saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Eterno, y juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos, volverán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces, no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán para la guerra». Ningún imperio o nación en la historia del mundo ha logrado establecer la paz mundial, las guerras y los conflictos siguen causando muertes, los refugiados emigran a otras naciones en busca de seguridad.
Los antiguos hebreos esperaban al mesías que iba a derrocar al Gobierno romano para restaurar un reino israelita, y muchos creyeron que cuando Jesús vino a la Tierra, Él iba a establecer el reino de Israel, pero más tarde sus discípulos comprendieron que esta restauración ocurriría después, en el futuro regreso de Cristo para establecer el reino de Dios en este mundo. Para ser sinceros, cada vez que el ser humano ha tratado de establecer un reino largo en la Tierra, usando la política y su propia forma de religión o filosofía, ha fracasado; la única forma será por la mano de Dios, cuando Él intervenga directamente en la historia para salvar a la humanidad de su extinción.
En el reino milenial, la justicia divina será el fundamento de las relaciones internacionales, en ese gobierno las familias se fortalecerán y no habrá nada que impida la promesa de paz y seguridad en toda la Tierra. Las últimas palabras de nuestro Señor Jesucristo sobre el reino son más que elocuentes, especialmente en el relato del apóstol Juan en Apocalipsis 10:4: «Y vi tronos y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar, y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia, ni a su imagen y que no recibieron la marca en sus frentes, ni en sus manos y reinaron con Cristo 1,000 años. La Biblia dice que cuando Cristo regrese a la Tierra, él mismo se establecerá como rey en Jerusalén, sentándose en el trono de David.
Los pactos de Dios demandan un retorno físico y literal de Cristo para establecer su reino. El pacto que Dios hizo con Abraham prometió una tierra para Israel, una nación y un gobernante; el pacto davídico prometió a Israel el medio por el cual perdonaría a la nación y sería bendecida. En la segunda venida estos pactos serán cumplidos mientras se reúne a Israel desde todas las naciones, será un reino de paz (Miqueas 5:2-4), sin pobreza (Amós 9:13-15) ni enfermedad (Joel 2:28-29). La Biblia también nos dice que solo los creyentes en Jesucristo entrarán al reino milenial, donde habrá un reino de completa justicia, obediencia, santidad y llenura del Espíritu Santo. Cristo regirá como rey y David como gobernante, Jerusalén será el centro «político» del mundo (Zacarías 8:3), será un reino literal y físico y durará 1,000 años.