Con el propósito de disminuir el uso de agroquímicos y bajar los costos de producción de fertilizantes, el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa) implementa la producción del abono orgánico bocashi entre agricultores.
«Estamos promoviendo la aplicación de tecnología agroecológica para disminuir por un lado el uso indiscriminado de agroquímicos, y por otro lado también trabajamos en bajar los costos de producción en cualquier producto», explicó Francisco Torres, gerente de transferencia de Tecnología del Centa.
Esta apuesta nacional, lleva como nombre «Aumento de las medidas de resiliencia climática en los agroecosistemas del corredor seco de El Salvador» y es ejecutado por el Centa en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El bocashi, es un abono orgánico, rico en nutrientes necesario para el desarrollo de los cultivos; que se obtiene a partir de la fermentación de materiales secos convenientemente mezclados.
Según datos del Centa, en el país, desde 2019, un total de 18 agencias de extensión de la institución están trabajando con el producto, de estas 10 en la zona oriental del país y ocho en la zona occidental, que en conjunto producen unos 90,000 quintales de bocashi con capacidad para cubrir 5,391 manzanas de cultivos.
En total, según estimaciones de las agencias, se benefician unos 13,984 productores nacionales con la producción de este abono.
El gerente de transferencia explicó que, para la elaboración del producto, en el país, los expertos viajan a campos que no han sido intervenidos con químicos para la recolección de microorganismos benéficos para la agricultura, estos se mezclan con otros productos como melaza, semolina de arroz o granza de arroz.
«Luego de tratada la mezcla, el material se almacena y se deja en fermentación por un periodo de entre 15 y 21 días, cuando está listo se aplica de forma directa al suelo, a las capas de cultivos o planta por planta», explicó Torres.
En cuanto a la efectividad del bocashi frente a un fertilizante químico, Torres afirma que los químicos pueden tener una respuesta más rápida, pero el bocashi lo que busca es recuperar la actividad microbiológica del suelo, que a la larga dará mejores resultados al permitir que la tierra se nutra al grado que ya no necesite de químicos para alimentar sus plantas.
«El suelo tiene sus microorganismos benéficos que se pierden cuando no se controla la erosión del suelo y la actividad de químicos», explicó Torres, por este motivo, según el experto, es necesario implementar una modalidad más amigable con el medio ambiente.