La representante residente de ONU Mujeres para El Salvador, Ana Elena Badilla, brindó a «Diario El Salvador» un análisis sobre el resultado de las elecciones, la participación política de las mujeres en la toma de decisiones y los principales desafíos que tendrá la nueva legislatura a partir del 1.º de mayo para avanzar hacia una paridad democrática.
¿Cómo ve la participación de las mujeres en la toma de decisiones en el país?
Yo creo que en materia de participación de las mujeres, El Salvador ha dado pasos importantes, pero todavía tiene grandes desafíos.
Primero, porque es un país que tiene el 53 % de población femenina; pero ese porcentaje no ha logrado representación en todos los ámbitos de los espacios de poder; por ejemplo, nunca hemos tenido una mujer presidenta y vicepresidenta solo hemos tenido un caso.
El presidente Bukele dio un paso muy importante cuando asumió la presidencia al construir un gabinete paritario. El Salvador fue uno de los pocos países que tenía un gabinete paritario y esto lo colocó en un lugar destacado a escala mundial.
Lastimosamente, cuando hubo un cambio de ministra a ministro de Salud se perdió la paridad en el gabinete de ministros; sin embargo, el Gobierno ha dicho en algunas ocasiones que en el gabinete ampliado ya hay paridad, pero esa es una cifra por verificar.
Por otro lado, en la Asamblea Legislativa no ha habido nunca pari[1]dad, de hecho, hace más de un año el grupo parlamentario de mujeres presentó a consideración de la comisión de asuntos electorales un proyecto de ley sobre paridad o democracia paritaria que nosotros apoyamos como ONU Mujeres. Pero este aún no ha avanzado en la agenda legislativa.
¿Qué opina del resultado de las elecciones en cuanto a la cantidad de mujeres electas como parlamentarias y alcaldesas?
En las elecciones de hace un par de semanas, lo que resultó es que de 26 diputadas que hay en la legislatura actual se va a reducir en dos, o sea que va a disminuir el número de diputadas, ahora solo habrá 24 mujeres.
En los gobiernos locales, que es otro de los espacios importantes, hay una deuda mayor, porque El Salvador no ha superado el 11 % de mujeres en las alcaldías y el Tribunal Supremo Electoral [TSE] ya confirmó que va a haber 30 mujeres alcaldesas. Entonces se mantiene más o menos el mismo número que hay en la actualidad.
Ahora tenemos un desafío mayor para incrementar el número de muje[1]res en la toma de decisiones en los gobiernos locales.
¿Por qué cree que la población tiende a votar menos por mujeres que por hombres en las elecciones?
Hace unos años, apoyamos al grupo parlamentario de mujeres con un estudio sobre la percepción de la población en torno a la participación política.
El año pasado, hicimos una encuesta de opinión con CID Gallup en torno a la percepción de la población en la participación política de las mujeres. Ambas encuestas dan cuenta de que todavía prevalecen en la población patrones estereotipados sobre los roles de las mujeres y los hombres.
Los hombres, sobre todo de mayor edad y de las zonas rurales, opinan que el rol de las mujeres sigue siendo en el hogar.
Por otra parte, entre más joven es la población y más urbana hay una percepción más favorable de que las mujeres participen en otros ámbitos de la vida social y política y no solo en el hogar.
En comparación con otros países de Latinoamérica, ¿cómo se ve ubica[1]do El Salvador en la participación de mujeres?
El Salvador tiene únicamente la cuota del 30 % de mujeres, y aun así no la han logrado llenar, entonces yo diría que estamos detrás de la normativa moderna que hay en el mundo y en la región.
Hay países en América Latina que ya tienen en su legislación la paridad. Hay cinco países que ya han establecido paridad, por ejemplo, Costa Rica y Argentina que ya exigen que la mitad del parlamento sean mujeres y la mitad hombres.
Ese es uno de los desafíos que tiene El Salvador y que ojalá la próxima Asamblea Legislativa adoptara este proyecto de ley y lo tomara dentro de sus prioridades para avanzar hacia la paridad y hacia la democracia paritaria.
¿De qué manera podríamos lograr la paridad de hombres y mujeres en el país? y ¿cuáles son los desafíos?
Una, es adoptarlo en la legislación porque necesitamos una ley que regule y que establezca la paridad como una meta.
Además, necesitaríamos también que en el TSE se avance con normas que hagan viable esa legislación, porque necesitamos disposiciones de tipo electoral que hagan viable que se cumpla con la paridad.
Necesitamos que los partidos políticos impulsen a las mujeres, las apoyen y las incluyan dentro de sus procesos electorales. También, necesitaríamos más respaldo de la población en general, y que estos patrones socioculturales vayan cambiando para dar un mayor respaldo a las mujeres.
Un estudio del Iudop [Instituto Universitario de Opinión Pública] determinó que la mayoría de personas entrevistadas expresaron tener más confianza en las mujeres, porque decían que las mujeres eran más honestas y más trabajadoras que los hombres. Sin embargo, cuando ya se traduce en votos reales, ellos no votan por la mujer.
Tenemos que generar esa confianza de que las mujeres pueden desempeñar cargos públicos. Hay que ver que no siempre los hombres que han sido electos son capaces, porque a los hombres no se les exige por capacidad se les exige porque tienen otros factores a su favor.
¿Qué se espera de la nueva Asamblea Legislativa?
Creo que un reto tanto legislativo como político es mejorar esa interlocución entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Durante la pandemia hubo mucha confrontación entre esos órganos de Estado. Sin duda alguna, al tener ahora una fracción legislativa mayoritaria y calificada del partido de Gobierno va a mejorar el diálogo entre ambos poderes de la república.
Esperamos que eso contribuya a que haya una mejor estabilidad en el país y más tranquilidad en la población, y que el Gobierno pueda avanzar con leyes que realmente garanticen mayores oportunidades como más educación, más salud y menos violencia para toda la población, que es a lo a que se aspira siempre.
¿Cree que se está haciendo lo suficiente para erradicar la violencia contra las mujeres?
El Salvador ha dado muchos pasos en materia de prevención y sanción de la violencia contra las mujeres, pero siempre hay desafíos.
En 2016 y 2017, la tasa de feminicidios en el país era de 13 por 100,000 [habitantes], eso es algo que colocó a El Salvador en el primer lugar de feminicidios en la región latinoamericana.
Esta tasa comenzó a disminuir hasta llegar al año pasado, en que la tasa era de 6 por 100,000 y todavía no hay un estudio que determine cuáles han sido los factores que han incidido en esa reducción.
Pero nosotros creemos que son varios factores los que se combinan para lograr esta reducción. En primer lugar, las políticas de seguridad que ha adoptado tanto el Gobierno anterior como el Gobierno actual.
También porque se han creado instituciones y mecanismos para abordar la violencia contra las mujeres.