SAN SALVADOR – Victoria Esperanza Salazar llevaba cinco años refugiada en México cuando fue asesinada a manos de la policía de Tulum, México. El drama de su muerte acarreó a sus dos hijas menores, quienes en un inicio quedaron a la deriva en un país desconocido para ellas, pues ambas son originarias de El Salvador, al igual que su madre.
Aunque las menores ya están con su abuela, las horas seguidas a la muerte de la migrante fueron tortuosas para su familia, pues una de las niñas no apareció sino hasta dos días después de los hechos. La razón la dio a conocer el presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien dijo que tras este caso había una trama de abuso; hechos retomados por medios salvadoreños e internacionales con detalle.
Sin embargo, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, a la que el país centroamericano está suscrito, y la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia prohíben exponer la imagen de los niños y adolescentes sin la aprobación de sus responsables. Asimismo no está permitido exponer o divulgar datos que lesionen el honor o la reputación de los menores o las injerencias en su vida privada o intimidad personal y familiar.
Amparado en los artículos 46 y 47 de esta ley salvadoreña, El Consejo Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (Conna), una institución pública salvadoreña, exhortó a las instituciones y medios de comunicación de El Salvador y el mundo a no publicar información que vulnere los derechos de las hijas de Victoria Salazar.
Y a través de un comunicado, expresó «preocupación por la cobertura periodística nacional e internacional que se le ha dado al caso» y que desde ya vulneran las leyes salvadoreñas, dijo. «Siempre hay formas alternas de ejercer la libertad de prensa respetando los derechos de la niñez y la adolescencia y así evitar perjuicios graves e irreparables a la familia de la señora (Victoria) Salazar».
Entre tanto Silvia Juarez, coordinadora del Programa hacia una vida libre de violencia para las mujeres de la Organización de Mujeres Salvadoreñas (Ormusa), dijo a la Voz de América que la referencias publicadas sobre la vida de las hijas de la migrante son «muy peligrosas», pues hay una exposición de datos de la familia sobreviviente de Victoria.
«Nos parece que la protección de las hijas de Victoria merece las medidas de resguardo y protección que eviten exponerlos. No es necesario exponerlas para brindarles protección; al contrario, esta vulneración de datos podría considerarse como una condición que pone en riesgo la vida de las niñas», dijo Juarez. Agregó además que esto deben cumplirlo los medios de comunicación y principalmente el servicio público.
Un refugio que salió mal
Victoria, de 36 años, era una migrante salvadoreña con visa humanitaria en México. El 27 de marzo fue asesinada por cuatro policías que patrullaban la zona de Tulum, Quintana Roo. Tras hacer estos un uso excesivo de la fuerza policial, Victoria dejó de respirar y la autopsia reveló fracturas en las costillas de la migrante.
México se comprometió a castigar a los involucrados en el asesinato. Mientras que El Salvador espera recibir hoy a la familia de la migrante que viajó a México para tramitar la repatriación de Victoria este sábado 3 de abril.