Quienes soñamos con un nuevo El Salvador imaginamos un país donde los dones que ofrece la naturaleza y los bienes que producimos con nuestro esfuerzo se disfruten y distribuyan equitativamente entre todos. Y estoy segura de que ningún salvadoreño olvida incluir en ese sueño el deseo de que todos los niños, sin importar su condición económica o social, crezcan en un entorno que les permita alcanzar su máximo potencial de desarrollo.
A partir de ese deseo compartido es que, con el liderazgo de la primera dama Gabriela de Bukele, surgió la Política Nacional de Apoyo Integral del Desarrollo Infantil Temprano Crecer Juntos, una puerta de esperanza en el que la primera infancia es una prioridad absoluta y contiene, entre una serie de acciones y normativas, la ley Nacer con Cariño. Este nuevo modelo de atención materno-infantil tiene como finalidad atender de manera explícita y directa las necesidades de cada mujer desde la preconcepción hasta el nacimiento de su bebé y los cuidados que debe tener en sus primeros días de vida el recién nacido. Haciendo partícipe a la familia, se implementó en el territorio nacional desde febrero de este año y ya comenzó a dar frutos.
Desde el despacho de la primera dama, con el acompañamiento del Sistema Nacional Integrado de Salud, comenzamos la construcción de ese nuevo modelo. Recibimos una serie de listados con las inquietudes e inconvenientes que encontraban las mamás y sus familias al ser atendidas. Eran historias llenas de mucho sufrimiento y con poca esperanza, pero, poco a poco, hemos visto que esa narrativa ha ido cambiando y comenzamos a recibir nuevas historias que nos cuentan experiencias positivas, de nacimientos rodeados de mucho amor y mamás que han recuperado la confianza en sí mismas, demostrando que una nueva cultura ya es una realidad en las maternidades del país. Actualmente, el 85 % de las instalaciones ya han sido acondicionadas bajo los preceptos de la ley Nacer con Cariño y aproximadamente el 90 % de los nacimientos ocurren en las condiciones que indica la normativa.
Asimismo, el hecho de que El Salvador sea el único país de Centroamérica que cuenta con una ley de parto respetado, la cual, entre otras prácticas, fomenta, apoya y protege la lactancia materna, ha despertado el interés de quienes a escala mundial inciden en las políticas que hacen al desarrollo humano.
Ayer, El Salvador asumió, junto con Nueva Zelanda, el rol de guardián de las salas de lactancia materna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esto significa que las ocho salas que existían en la sede de la organización, ubicada en Nueva York, y que permanecieron cerradas a causa de la pandemia de COVID-19, han sido remodeladas, estarán abiertas al público y contarán con nuestra observancia, ya que contamos con la experiencia y los conocimientos necesarios para guiar su funcionamiento. Además, se suma la novena sala de lactancia materna de la ONU, inaugurada por la primera dama Gabriela de Bukele, junto con la secretaria general adjunta de la ONU, el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas y la embajadora de Nueva Zelanda.
¿Qué significa para un país ser guardián de esas salas de lactancia materna? Quiere decir que se convierte en un referente para definir cómo debe de verse este espacio, es decir, con qué elementos debe contar el área para ser segura y acogedora para que las madres puedan dar de lactar a sus bebés. Otro de los roles que El Salvador tendrá como guardián es que brindará asesorías y acompañamiento a las mamás del mundo, pues cabe señalar que es un edificio internacional donde acuden ciudadanos de diversas nacionalidades.
Ser guardianes de las salas de lactancia de la ONU es un reconocimiento internacional para el Gobierno de El Salvador, que bajo el liderazgo de la primera dama trabaja en promover, fomentar y proteger la lactancia materna. Es un hecho que premia la labor de Gabriela de Bukele, una mujer profesional con más de 15 años de experiencia en la materia, pero también el compromiso de todos y cada uno de los profesionales de la salud que hacen posible que la Ley Nacer con Cariño sea una realidad en el país.
Es de destacar que, como parte de la ley, hemos formado a más de 1,500 educadores prenatales, quienes preparan a las madres y sus familias para una lactancia materna exitosa. Hemos generado, además, otros perfiles que antes no existían en los centros de salud, como los asesores de lactancia materna y los promotores de salud materno-infantil. Todos ellos acompañan a la madre y su familia desde el embarazo para una lactancia materna exitosa. Lograr que las mamás amamanten a sus bebés es una estrategia segura para un crecimiento saludable y contribuye al fortalecimiento de los vínculos familiares.
Somos un país pequeño, pero estamos dando pasos claves para ser un referente y posicionar a los ojos del mundo a El Salvador, no por malas noticias como ocurría en el pasado, sino por los buenos aportes que hacemos en beneficio de la primera infancia.
Hoy somos referente a escala mundial porque priorizamos un período de la vida que resulta central en el desarrollo del capital humano, que es la base para la construcción de familias más fuertes y para gestionar nuestro desarrollo para un mejor porvenir.
Distinguirnos por nuestra experiencia y conocimiento es un reconocimiento que debe enorgullecernos como salvadoreños, además de afianzarnos en la convicción de que estamos en el camino correcto hacia una protección integral de nuestra niñez. Contamos con una profesional con la experiencia y la formación para guiar este camino, la primera dama de la república, quien, desde su despacho, y de la mano de diferentes profesionales en el país, sigue trabajando con la voluntad de saldar deudas históricas con el pueblo y transformar las condiciones en que nacen, crecer y proyectan sus vidas los salvadoreños.