Durante más de tres décadas el sector agrícola estuvo en abandono. Ahora con el «Plan de Rescate Agropecuario» la apuesta es no solo reactivar el sector, sino también permitir que el país dependa menos de las importaciones de alimentos.
Según el Ministro de Agricultura, David Martínez, la falta de apoyo al sector ha propiciado que el país importa un 80 % de los productos, como granos básicos, como: maíz un 14 %, frijol 19 %, arroz un 79 % y sorgo 1 %.
En hortalizas, el país importa un 80 % de tomates, un 97 % de cebolla, un 45 de chiles, un 50 % de pepinos, un 43 % de repollos, un 90 % de papas, un 95 % de lechugas y un 95 % de zanahorias
El país también es importador de frutas, como melón 96 %, plátano 63 %, papaya 86 %, banana 83 %, piña 92 %, mango 30 %, aguacate 65 % y limón 20 %.

«Nosotros somos un mercado extremadamente atractivo porque pagamos en dólares y no es por la calidad de nuestros productos, sino por el valor en el mercado, es decir que al agricultor salvadoreño para ser competitivo le falta mejorar sus precios».
David Martínez, ministro de Agricultura y Ganadería.
Revertir el comportamiento histórico de las importaciones es una de las grandes apuestas del gobierno del presidente Nayib Bukele, a través del «Plan de Rescate Agropecuario», que fue lanzado oficialmente en febrero pasado.
Sobre este punto, el ministro dijo que esta semana presentará el plan ante la Asamblea Legislativa el para solicitar la aprobación de un monto total de $1,287.5 millones, para la reactivación del sector.
El titular de la cartera de Estado manifestó a Diario El Salvador, que tras las décadas de abandono del sector agrícola es necesario que se presente una política que regule y tecnifique a los agricultores.
«Originalmente se hizo un plan de $635 millones en el que se incluían cinco rubros: granos básicos, hortalizas, productos lácteos, de mar y cárnicos, pero hemos agregado $15 millones para el sector apícola», dijo Martínez.
El funcionario agrego que la iniciativa se ha venido trabajando desde que se creó el Plan Cuscatlán, que la principal apuesta del gobierno.
Sobre el plan de rescate, el funcionario dijo que este pretende activar de forma ordenada y tecnificada la agricultura de El Salvador, y por ende a los productores.
El proyecto incluye tres pilares estratégicos los cuales contemplan: Plan de Transformación Agropecuaria para la Soberanía Alimentaria, el cual destinará un fideicomiso de $650 millones que serán utilizados para optimizar la producción de granos básicos. Incluye además capacitación técnica y tecnológica para que los agricultores reciban acceso a créditos con bajas tasas de intereses.
El segundo pilar es el Plan de Despegue Sostenible del Café. Este pilar incluye un total de $637.5 millones para renovar 50,000 manzanas de café y la creación de un instituto especializado para este rubro. Con esta acción se espera obtener una producción aproximada de 2 millones de quintales al año (La última cosecha rondó los 660,000 quintales).
El tercero es el Programa de Ruralización que busca el desarrollo económico y modernización de las zonas rurales con acciones específicas a corto plazo. Este no incluye un monto definido porque se va a trabajar en conjunto con las municipalidades.
Además, el plan contempla acciones transversales: Implementación de la Política Nacional Agropecuaria, modernización del MAG, fortalecimiento de la Policía Rural, reingeniería de la banca estatal, creación del Código Agrario, Programa de Ruralización, Programa de Huertos Caseros, entrega eficiente de insumos agrarios y creación del Complejo de Educación e Investigación Agropecuaria.
«Para el fortalecimiento de la Policía Rural se invertirán $120 millones, que va dentro del Plan Control Territorial, para atender de forma eficiente toda la producción que se perfila, tráfico por puntos ciegos, para que todo sea de forma ordenada y el agricultor se sienta protegido», acotó Martínez.
La renovación del parque cafetalero
El funcionario detalló que con el fideicomiso de $637.5 millones para el sector café proyectan la renovación y repoblación del mismo, «para reactivar la esencia de los salvadoreños y llegar a mantener la taza de excelencia en todos los cafés producidos en el país».