El Salvador es el país con las menores afectaciones por la COVID-19 a escala centroamericana, en comparación con el resto de las naciones, esto debido a las acciones anticipadas desarrolladas para el abordaje de la pandemia.
A dos años de la enfermedad, El Salvador registró hasta ayer 4,032 decesos y 147,786 casos confirmados, las cifras más bajas de Centroamérica.
«Las medidas de salud pública implementadas por el Gobierno del presidente Nayib Bukele para reaccionar ante la circulación de las diferentes variantes de COVID-19 en el país han sido efectivas, durante más de dos años, para proteger a la mayor cantidad de la población», indicó el Gobierno de El Salvador (GOES) a través de un comunicado.
Al consultar las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, Guatemala detalló 16,780 muertes y 756,600 contagios por la COVID-19, la mayor cifra de letalidades de la región; le sigue Honduras con 10,608 decesos, mientras que en contagios registró 404,764. En el caso de Panamá reportó, hasta este día un total de 8,010 fallecidos y 750,087 casos confirmados. En cuarto lugar, está Costa Rica con 7,894 muertes y 783,437 contagios de coronavirus.
La situación de los países de la región ha generado que sus sistemas de salud registren colapsos debido a las afectaciones de las variantes delta y ómicron.
Mientras que El Salvador mantiene la disponibilidad de camas hospitalarias para atender pacientes, además tiene disponibilidad de insumos y suministro de medicamentos.
De igual manera, la identificación de casos a través de la aplicación de pruebas PCR permite proporcionar el tratamiento farmacológico para prevenir complicaciones de salud.
Este día, el Ministerio de Salud (Minsal) desarrolló pruebas PCR en San Salvador; Santa María Ostuma, La Paz; Chapeltique, San Miguel; El Congo, Santa Ana.
Alrededor de 5,000 pruebas PCR son aplicadas a diario a escala nacional como parte de la vigilancia epidemiológica implementada en el país.