Con la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, se inició un ciclo de violencia homicida en El Salvador que dejó saldo de más de 120,000 asesinatos hasta 2019, superando las 70,000 muertes que se registraron durante la guerra civil. En ese período crítico de violencia, que duró más de 29 años, se incrementó, además, la cifra de desaparecidos y las pandillas se multiplicaron.
Luego del conflicto armado, las pandillas proliferaron y la peor consecuencia fue la alta cifra de homicidios que cometieron. El ciclo social delictivo de 1993 a 1996 marca el ascenso de operaciones delictivas. Datos estadísticos detallan que 1992 fue el inicio de la pelea de expansión entre estructuras delictivas: las bandas de secuestradores, asaltantes de bancos, robavehículos, entre otras.
Entre 1994 y 1999, la tasa de homicidios rondó entre 60 y 138 homicidios por cada 100,000 habitantes; cabe destacar que para esos años la población en El Salvador no superaba los 6 millones. Años más tarde se concluyó que los planes de seguridad implementados por los gobiernos de ARENA y del FMLN no erradicaron la violencia homicida en El Salvador; al contrario, miles de personas perdieron la vida; además, se tiene registro de que las autoridades optaron por beneficiar o hacer tratos con las pandillas.

«En enero de 1992, cuando nos hicieron firmar la falsa paz, el pueblo tuvo dos celebraciones de los dos bandos, pero nada de eso pasó. Hubo más guerra, han desaparecido y muerto más salvadoreños después de los Acuerdos de Paz, víctimas de la violencia», ha dicho el presidente de la república, Nayib Bukele.
Solo en los gobiernos de ARENA, con Francisco Flores y Elías Antonio Saca, 30,398 salvadoreños fueron ultimados, mientras que en la gestión del FMLN se registraron 40,550 homicidios. Es con la gestión del actual presidente cuando este fenómeno comienza a mostrar una drástica disminución.
De junio de 1999 a junio de 2019, años en los que hubo cuatro gobiernos de la actual oposición, la tasa de homicidios más alta se registró en 2015, cuando alcanzó los 105 homicidios por cada 100,000 habitantes. Caso contrario ha sucedido durante la gestión de Bukele, ya que para finalizar 2019 la tasa de homicidios en El Salvador cerró con 37, en 2020 fue de 19.5, en 2021 fue de 18.1 y para el año pasado fue de 7.8, la más baja en la historia de El Salvador.
«La historia nos enseñó que nos engañaron, que eran dos bandos poniéndonos a pelear entre hermanos, financiados por poderes externos, y encima nos llevaron a “acuerdos de paz” también financiados por los mismos poderes externos», dijo Bukele.
El Plan Mano Dura, la principal estrategia implementada por Flores para el combate a las pandillas, no logró más que capturas, mientras que Saca, quien paga una condena de 10 años por corrupción, implementó El Salvador, País Seguro, que buscó fortalecer a la Policía y establecer acciones con el plan Super Mano Dura, pero todo fue en vano. En el período de Saca hubo 18,002 homicidios.
La cifra de homicidios continuó subiendo en 2009, con 4,382 crímenes. Con la llegada de Mauricio Funes —ahora prófugo y con seis órdenes de captura por diferentes delitos ligados a corrupción—, los índices de violencia disminuyeron durante la tregua entre pandillas (2012). Sin embargo, los gobiernos del FMLN, primero con Funes y después, en 2014, con Salvador Sánchez Cerén, provocaron la cifra más alta de homicidios hasta la fecha, con 40,550 asesinatos.
A finales de 2019, cuando el actual Gobierno puso en marcha el Plan Control Territorial (PCT), la violencia homicida mostró un cambio y ha ido disminuyendo cada año hasta llegar a posicionar a El Salvador como el país más seguro de Latinoamérica. El Salvador pasó a ser el país con la tasa más baja de homicidios en Centroamérica y esto lo ha llevado a convertirse en uno de los países más seguros de Latinoamérica, ya que cerró con 495 homicidios, una cifra nunca registrada; 2022 se convirtió en el año más seguro de la historia de El Salvador. El promedio diario de homicidios fue de 1.4 y la tasa anual se redujo a 7.8 por cada 100,000 habitantes.
MÁS DE 35,000 DESAPARECIDOS EN 10 AÑOS DE «PAZ»
Otro fenómeno que golpeó a los salvadoreños por décadas es el de desaparecidos. Estos casos se profundizaron durante la guerra civil, ya que desde 1980 hasta 1992, más de 30,000 salvadoreños fueron considerados desaparecidos.
Ese fenómeno no se esfumó con los «acuerdos de paz», pues las maras retomaron ese flagelo y, en su afán de seguir cometiendo crímenes, comenzaron a «ocultar el delito» no solo asesinando, sino tratando de no dejar rastro de sus víctimas y fechorías.
De acuerdo con cifras oficiales, la tasa de desaparecidos por cada 100,000 personas en 2010 llegó a 30.8, alcanzando el pico más alto en 2014, con una tasa de 65.9. Para 2018 la tendencia de la tasa fue de 49.9.
Los registros de la Fiscalía General indican que entre 2010 y 2019 más de 35,000 personas fueron desaparecidas en el país. Solo en el Gobierno del prófugo Sánchez Cerén (2014-2019), aparte de los 23,040 salvadoreños que fueron asesinados, la Fiscalía recibió más de 22,000 denuncias de personas desaparecidas.
En los últimos tres años la disminución de casos de desaparecidos ha sido drástica, como la liquidación de las pandillas y los casos de secuestros. Según los registros oficiales, El Salvador pasó de un promedio diario de nueve reportes de desaparecidos a menos de dos por día.
El actual Gabinete de Seguridad ha reiterado que no descansará hasta terminar con el cáncer que por años ha afectado a la sociedad salvadoreña: las pandillas.