Los rescatistas de primera línea en Comandos de Salvamento se enfrentan todos los días a diferentes tipos de emergencias y accidentes. Sin embargo, dentro de su labor humanitaria, también atienden situaciones que van más allá del tema hospitalario, y que incluyen solicitudes de traslados o alimentación debido a la falta de recursos económicos por parte de la población.
José Ezequiel Ramírez, de 34 años, tiene siete de ser voluntario en dicha institución, es técnico en emergencias y según relató, las experiencias con personas necesitadas son las que más impacto le han generado.
«El trabajo en Comandos va más allá de la atención prehospitalaria, buscamos ayudar y suplir necesidades. Uno lo aprende aquí con la experiencia, y especialmente por la voluntad de ayudar a la gente que tiene necesidad. Esa es una característica de los salvadoreños, que ayudamos a los demás», dijo.
Según comentó una de sus motivaciones para ingresar a Comandos era ayudar a las personas en accidentes, ya que tenía formación previa en primeros auxilios; sin embargo, en la práctica diaria se enteró de que se puede ayudar a la población también con alimentos y otras atenciones que van más allá de los servicios médicos.
«Recuerdo que un domingo, nos llamó una familia de una comunidad que no tenía nada qué comer. Gracias a Dios, ese día nos habían venido a donar unos platos de comida. Nos dieron la dirección y les llevamos la comida. Se quedaron agradecidos», comentó el voluntario.
De acuerdo con Ramírez, en la institución, el 95 % del personal realiza un trabajo voluntario y sin remuneración económica. Sin embargo, ese no es obstáculo para brindar un servicio de calidad y especialmente de ayuda a los demás.
Según explicó, su principal motivación para continuar siendo voluntario es ser una esperanza para las personas de escasos recursos económicos.
«Las experiencias de ver accidentes, uno las va aprendiendo y las va asimilando, pero lo que lo marca es ver a una persona pobre de alguna comunidad y pensar que, si no hubiéramos llegado, esa persona hubiera fallecido. Incluso, con mis socorristas, les hemos dado dinero porque están en una situación extrema. Nuestra motivación es que la gente pobre y que necesita tengan una esperanza. Porque eso es lo que ellos ven en nosotros», indicó.
Este espíritu de ayuda es el que busca transmitir a las futuras generaciones y a los nuevos voluntarios que ingresan cada año al grupo, pues considera importante que además de recibir una atención médica, las personas reciban un trato humano.
MÚLTIPLES ATENCIONES
Comandos de Salvamento es una institución de primera respuesta que ofrece atención prehospitalaria, primeros auxilios, atención de parto y de accidentes, entre otras. También cuenta con procesos de formación junto a instituciones externas que incluyen diferentes temáticas como rescate en estructuras colapsadas.
Además, en la institución se busca que más jóvenes se capaciten y puedan ser voluntarios. «Queremos ser una opción para que los jóvenes hagan voluntariado, y que ayuden y estén en un lugar más seguro. Aquí han venido jóvenes huyendo porque hay problemas en sus colonias, y aquí han encontrado un refugio», dijo Ramírez.
Es por ello que cada vez amplían sus procesos de formación para fortalecer las capacidades de los socorristas por medio de los cursos que imparte el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y el sector de emergencias de Protección Civil.
Ramírez también ha colaborado en primera fila de respuesta en algunos deslaves, como el que su-cedió en el de Nejapa en octubre de 2020. «En la noche del deslave, llegamos unos minutos después y sacamos señoras y niños. Ahí nos quedamos toda la semana con las instituciones gubernamentales que hicieron un gran trabajo. La labor de los reos en esa ocasión fue destacada, nos ayudó a encontrar personas», dijo.
La institución cuenta con 25 bases de comandos y tres puestos de socorro en el país. Son más de 850 voluntarios a escala nacional, de los cuales, algunos se encuentran de forma permanente y otros temporales durante los fines de semana o en temporada de vacaciones.