El 2015 marcó la historia en El Salvador, pero no por buenas obras o desarrollo, sino por el incremento desmedido de la violencia, a tal grado que el país pasó a estar entre «los más peligrosos del mundo». Ciudadanos civiles, menores de edad y personal de las fuerzas de seguridad fueron víctimas del accionar de las pandillas.
Hasta mediados de agosto de ese año 2015, 30 policías habían sido asesinados a escala nacional; la mayoría fueron atacados cuando estaban de licencia, ya sea en su casa de habitación o cuando iban o regresaban de trabajar.
Incluso, según registros policiales, entre el 4 y el 5 de agosto de ese año hubo cuatro agentes de la Policía Nacional Civil asesinados, es decir, en 48 horas. En los primeros 12 días de 2015, la periodicidad de homicidios de policías por mes superó la registrada en 2014 (3.2 por mes).
Durante el Gobierno de Mauricio Funes, a pesar de la famosa «tregua» entre pandillas, las cifras fueron de 20 policías asesinados en 2011, 14 en 2012, 13 en 2013 y 39 en 2014.
En el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, la poca efectividad del plan El Salvador Seguro provocó en 2015 el pico más alto en la última década de homicidios contra policías, ya que se reportaron 62 policías asesinados solo ese año, mientras que en 2016 se registraron 48, 46 en 2017 y 34 en 2018.
Sin embargo, desde 2019, las estrategias de seguridad pública han permitido frenar el accionar delincuencial, incluyendo las muertes de policías. Funcionarios del actual Gabinete de Seguridad han afirmado que todo pandillero que ataque al personal de las fuerzas de seguridad solo tiene dos vías: la muerte o la cárcel.
Y así fue el pasado 30 de junio, cuando capturaron a cinco pandilleros. Todos estos delincuentes estaban implicados en la emboscada que terminó con la vida de tres policías en la colonia La Realidad, en Santa Ana, dos días antes.
«Siguen tratando de desafiar a la autoridad. Estamos listos para responderles. Solo les espera la cárcel o la muerte», aseguró recientemente el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro.
El ministro de la Defensa, René Merino Monroy, aseguró: «Continuamos ubicando a los pandilleros. La gente sigue denunciando a colaboradores de pandilleros».