Tiene tan solo 16 años, pero tiene cinco jugando basquetbol de forma profesional. Es fan de Los Ángeles Lakers y admira a Anthony Davis, su referente deportivo más importante. Pero, a pesar de eso, quiere escribir con letras doradas su propio nombre en el baloncesto salvadoreño y, algún día, poner un pie en las canchas más importantes de la NBA y Europa para mostrar su talento.
Él es Ibrahima Traoré, un joven nacido en Malí, África, quien el pasado 31 de diciembre cumplió tan solo 16 años de edad. Mide más de dos metros de altura, por lo que su presencia suele intimidar en un primer momento. Sin embargo, a medida se desarrolla la conversación, se percibe al chico de buen corazón, soñador y amante del deporte que aún es.
Ibrahima obtuvo su nacionalidad salvadoreña el pasado mes de diciembre, lo que le permite ser parte de la Selección Nacional de Baloncesto de El Salvador, honor y responsabilidad que, asegura, cumplirá con todo su corazón y entregando hasta la última gota de su esfuerzo y talento, confiando en ser una pieza clave en el desarrollo de ese deporte en el país.
Primero que todo, contanos, ¿quién es Ibrahima Traoré?
Soy Ibrahima Traoré, un jugador de baloncesto que quiere lograr sus sueños. Sé que muchos quieren saber de mí porqué vine desde tan lejos para lograr mis sueños.
¿Cómo comenzaste en el basquetbol?
El baloncesto no era tanto de mi gusto, la verdad. Pero, un día, fue muy emocionado a ver un juego de un amigo y ahí sentí la emoción de este juego y comenzó a gustarme. Además, con la altura que tenía, sabía que si empezaba a jugar podría llegar muy lejos.
Comentamos un poco de tu país, ¿es muy diferente a El Salvador?
Soy de Malí (África) y no es muy diferente de El Salvador. La temperatura es más o menos igual y también la comida es similar. La manera en que las personas son simpáticas también así lo son en Malí. Por eso, cuando vine, no me costó acostumbrarme a la vida salvadoreña. Con solo dos o tres semanas me acostumbré totalmente a la vida en El Salvador.
¿Practicabas otros deportes en Malí?
Sí, practicaba fútbol, pero pensé que con el fútbol no podía salir adelante, así que no decidí jugar eso. En mi ciudad, todos me decían que con la altura que tengo, podría jugar basquetbol. Acá donde me ves, todo el mundo me miraba y me decía que tenía que jugar baloncesto. Al principio, yo no escuchaba porque me apasionaba el fútbol.
Al final, tras la muerte de mi madre, entendí que el fútbol no me daría nada y empecé a interesarme en el baloncesto. Tras ver un partido de un amigo, comencé a entrenarme en baloncesto y, en un año, me salió un contrato para jugar en Italia. Estuve cuatro meses allá, pero no me gustaba mucho porque era muy frío. Yo prefería cambiar el país, así que llamé a mi agente para que me buscara un país con mayor calor porque mi cuerpo no se acostumbraba al frío.
Así fue que encontré un sitio en España, cercano a África. Cuando llegué, sentí que estaba en África. Jugué una temporada con ello. A la siguiente temporada jugué en Tenerife y de España es que vengo a El Salvador. En España estuve más de dos años.
¿Cómo te contactaron para jugar en El Salvador?
Contactaron a mi agente y le preguntaron cómo jugaba. Yo no sabía nada. Pero, un día, mi agente me dijo que había un contacto con un entrenador acá en El Salvador. Me explicó que era un pequeño país y me preguntó si quería jugar para este país. Lo que yo quería era lograr mi sueño, no me importaba si todo iba a ser fácil o no, lo que yo quería era trabajar duro para lograr mi sueño. Así que decidí venir y trabajar duro para lograr triunfar.
¿Te has sentido apoyado acá en El Salvador?
Sí, muy apoyado por la federación, mis amigos, mi entrenador, mi colegio, mi doctor y todos.
Ya llevas varias semanas en El Salvador. ¿Qué te ha parecido el país?
La verdad yo no sabía muchas cosas de El Salvador antes de venir. Pero, cuando vine, me gustó mucho. La gente es muy simpática, muy amable y por eso me ha empezado a gustar mucho El Salvador.
En la cancha me siento muy libre. Pero fuera de la cancha, también me siento bien. Estoy en el colegio y estoy super feliz cuando me toca estudiar las asignaturas que entiendo. Pero, cuando son asignaturas que me cansan un poco, me aburro. Pero debo acostumbrarme. Los estudios no son iguales. Es mi primer año aquí, pero creo que con el tiempo lo lograré.
¿Ya probaste las pupusas y toda la comida típica de El Salvador?
Bueno… la verdad, no… ¡Jajaja! La verdad es que el día que probé las pupusas no me gustaron mucho, pero quizás con el tiempo ya veremos si podría comerlas o no.
Has venido desde lejos a defender los colores de El Salvador. ¿Qué te motivó a esta decisión?
He visto que acá, en El Salvador, la mayoría son como una familia y te tratan como una familia. Todo mundo te ama como tú eres, por eso yo quiero dar todo mi apoyo, todo mi esfuerzo y todo lo que yo podría ayudar a la selección y a las categorías.
¿Qué te parece el basquetbol que se juega en El Salvador?
Es muy diferente al basquetbol de donde yo jugaba. Pero creo que, con el tiempo, con el apoyo de los entrenadores, se puede lograr salir adelante. Ahora tenemos entrenadores que nos apoyan y eso me gusta. Antes, creo que no era así, pero las cosas están cambiando y creo que, con el tiempo, el baloncesto de El Salvador irá mejorando y lograremos lo que queremos.
¿Tenés algún equipo de basquetbol preferido?
Sí, mi equipo favorito de la NBA son Los Ángeles Lakers y mi jugador favorito es Anthony Davis porque es un poste muy completo, es un poste que juega en el área, que penetra, que tira de tres puntos y es un jugador completo. Yo quisiera jugar como él.
Y, ¿cómo definís tu forma de jugar?
La verdad, me gusta jugar de 5 (pívot) y 4 (poste bajo) porque mi posición favorita es como un 5, pero me gusta mucho jugar de 4, penetrar, jugar en equipo y ayudar en todo lo que el equipo necesita. Me gusta penetrar y ayudar a sacar el balón para tener opción de tiro.
¿Hay algún deportista de Malí que te sirva de referente para seguir adelante con tu carrera deportiva?
Hay un jugador, Check Dialló, que jugó en los Pelicans y después a los Phoenix Suns, en la NBA. Me gustaría ser como él. Un día, cuando vaya a la universidad, quiero ser un crack y llegar a la NBA algún día. Me gustaría jugar unas temporadas a la NBA y después jugar en España o en otro país, siempre buscando dar lo mejor de mí.
Quiero ayudar mucho aquí, en El Salvador. Creo que en unos años me acostumbraré a jugar acá. Pero me gustaría jugar afuera, en España o Estados Unidos, donde puedo aprender muchas cosas más. Quiero más y quiero crecer más como jugador. Me gustaría jugar en otro país y, cuando la selección de El Salvador me necesite, regresar y mostrar todo lo que he aprendido, apoyando siempre a este lindo país.
¿Qué te gustaría decirles a los jóvenes salvadoreños que sueñan con jugar basquetbol profesionalmente algún día?
Lo que yo podrí decir es que no deben esconderse. Si quieren jugar, deben salir y trabajar duro, no esperar el apoyo de alguien más. Si se esfuerzan y si trabajan duro, podrán lograr sus sueños, tal y como yo lo estoy logrando en este momento. Tienes que meterte en tu cabeza que debes esforzarte para lograr lo que buscas y, así, Dios te puede ayudar.