Hace pocos días consultó Patricia, la mamá de Jónathan, un niño de cinco años que había sido atendido en un consultorio odontológico de la comunidad en la que ellos viven. Le hicieron un relleno y ahora tiene una postemilla en la encía donde está el diente tratado por caries, cuya restauración parece estar en buen estado.
Me comentó que la caries era muy profunda, que había dolido mucho y que después de hacer el relleno el dolor fue eliminado; sin embargo, a los pocos días apareció esa bolita amarillenta. Se le explicó que, lamentablemente, la caries afectó el tejido interno de la pieza, dañó los vasos sanguíneos y el nervio del diente, lo que provocó un proceso infeccioso en el hueso y ahora el pus trata de salir por la encía.
¿Perderá la pieza (el diente)? La respuesta es no. La alternativa es un proceso endodóntico.
Muchos padres se preguntan por qué hacer una endodoncia en un diente de leche si muy pronto se caerá. La razón es que el tratamiento pulpar en los niños, que se llama pulpectomía, se desarrolla de forma similar que en los adultos, pero no funciona igual. Estos tratamientos se hacen en las piezas que tienen un proceso infeccioso o que por un traumatismo perdieron la irrigación sanguínea y se necrosaron; además, se efectúa en los dientes que aún tienen una raíz larga y a los que les hace falta más de un año para que se caigan y permitan la salida del diente permanente.
Es importante que esta pieza permanezca en la boca porque mantiene el espacio de la permanente. Eliminarla antes detendrá el crecimiento del maxilar, por lo que el espacio de la pieza permanente será insuficiente y amontonará las piezas, que causarán una mala posición dental o problemas en la mordida.
El medicamento que se coloca dentro del diente permite que las bacterias no se sigan produciendo y que provoquen lesiones a los dientes permanentes. Este material se reabsorbe igual en la raíz del diente de leche y deja un espacio para que la pieza permanente erupcione en el lugar que le corresponde.
Este tratamiento lo debe hacer un profesional que tenga el material y el equipo adecuado. Los padres deben cuidar estas piezas, ya que se vuelven frágiles, se fracturan con facilidad y cambian de color. Se debe colocar una corona que proteja lo que queda del diente, por eso se selecciona un material compatible con los tejidos, que sea de fácil limpieza y que resista la fuerza de la masticación.
Si la pieza está muy destruida, es imposible restaurarla y debe extraerse. En este caso, se deberá confeccionar un mantenedor de espacio para que los dientes de los lados y los que contactan no se muevan, ya que son importantes para conservar el espacio de la pieza permanente que dentro de pocos meses o años deberá estar en ese lugar.
Recuerde que lo mejor es prevenir. Colocar sellantes en los dientes sin caries y la revisión anual son el mejor tratamiento que podemos seguir, el cual no representa ningún tipo de molestia en los pacientes ni gastos extra para la familia.