Diferentes instituciones de Gobierno, junto con la alcaldía de San Salvador, han coordinado esfuerzos para enfrentar la crisis sanitaria que se había desatado en Soyapango, uno de los municipios más poblados del país. Debido a la mala gestión de la alcaldesa Nercy Montano, se generó un problema con los trabajadores del tren de aseo y los ciudadanos de Soyapango empezaron a padecer la falta de recolección de basura, por lo que se acumularon promontorios de desechos que se convirtieron en potenciales focos de infección.
Montano, electa bajo la bandera de Nuevas Ideas, fue arrestada por la Policía Nacional Civil (PNC) con una orden emitida por la Fiscalía General de la República (FGR), que la acusa de apropiación ilegal de cuotas laborales, incumplimiento de deberes en perjuicio de la administración pública y malversación de fondos públicos.
Nunca en la historia del país un Gobierno había estado tan comprometido con el bienestar del pueblo como este, a tal punto de capturar a un alcalde del mismo partido gobernante. En el pasado, ARENA y el FMLN protegieron los actos de corrupción y delitos cometidos por sus alcaldes y diputados.
En cambio, el Gobierno del presidente Nayib Bukele no ha ejercido ninguna protección ilegal de funcionarios que han cometido delitos, como sucedió con los dos legisladores que fueron despojados de su fuero parlamentario para que enfrentaran el proceso judicial por gestionar sobornos para bloquear el trabajo del Ejecutivo en la Asamblea. Lo mismo pasa con Montano, que ha sido detenida para que enfrente a la justicia.
Mientras tanto, trabajadores gubernamentales se encargan de evitar que la basura sea un problema sanitario en Soyapango debido a la mala gestión y negligencia de las autoridades. No es una decisión fácil, pero es necesaria. Un político de la vieja guardia habría hecho cálculos y preferido restarle importancia para no perder puntos ante la opinión pública. Un estadista, en cambio, siempre tiene como primera opción al pueblo, por lo que actúa en consecuencia, sin importar las repercusiones en contra de su partido.
En todo caso, los ciudadanos de Soyapango lo tienen claro: el presidente Bukele ha sido el mejor gobernante del país y saben que la mala actuación de funcionarios locales no es culpa del mandatario. Al contrario, tomar la decisión de corregir el rumbo y asumir los deberes abandonados por la alcaldesa habla de forma clara y contundente de la prioridad del Gobierno: el bienestar del pueblo.