El fiscal general de Honduras, Óscar Chinchilla, denunció que el equipo médico que había sido adquirido para lo que se pretendía serían siete hospitales móviles para atender a pacientes de la COVID-19 estaba vencido, usado y en mal estado, de acuerdo a lo que arrojó el informe biomédico.
El negocio de los hospitales móviles se formalizó entre el vendedor, Axel López, representante de Elmed Medical System Hospitales Móviles.com, y Marco Bográn, exdirector de la empresa interventora Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H). Contra López hay una orden de captura internacional, al igual que contra Álex Moraes Girón, gerente administrativo de la empresa.
Bográn quedó el jueves en prisión preventiva. Se le imputa el delito de violación de los deberes de de los funcionarios y dos delitos por fraude. Los hospitales costaron $47.4 millones. La fiscalía dijo que López recibió utilidades superiores a los $20 millones.
El presidente de la Coalición Patriótica, Juan Carlos Rodríguez, calificó la trama como «la estafa más grande de la historia de Honduras». Chinchilla dijo que la adquisición fue hecha al margen de la ley y sin garantías de calidad, de acuerdo a La Prensa de Honduras.
«Los actos de corrupción cometidos en pandemia rebasan más allá de la capacidad de indignación que todos los hondureños podemos tener», dijo Chinchilla en declaraciones a los medios hondureños. El fiscal agregó que tal caso de corrupción de por sí es grave, pero hacerlo en momento de pandemia es aún peor.