En el hotel de la concentración de la Azul mayor en Nagoya hasta se ha llegado a extrañar la presencia de aficionados salvadoreños. No se ve a ninguno por ningún lado.
Pero este martes por la tarde, en Japón, lunes por la noche, en El Salvador, un niño japonés, hincha del club Alajuelense, de Costa Rica, sorprendió en la sede de hospedaje del equipo cuscatleco, para pedirle un autógrafo y una foto al zaguero de la Azul, Érick Cabalceta, quien juega para ese plantel costarricense.
Cabalceta, con toda la amabilidad que requiere el caso, para convertir al pequeñín asiático, quien llevó puesta la camisa de Alajuelense para el encuentro con el central. El zaguero de la Azul lo atendió, le firmó la camisa y saludó al infante.
«El papá del niño me escribió y me dio que vivía acá en Nagoya. Me dijo que cuando nosotros llegáramos acá con la selección iba a venir con su hijo para que le firmara la camisa y platicáramos un rato», externó el defensor del combinado nacional mayor, en plática con «Diario El Salvador».