Unos 500 militares españoles se unieron este viernes a los 1.200 que intentan aliviar la situación de la población en Valencia tras las mortales inundaciones y encontrar a las decenas de desaparecidos que podrían hacer aumentar el balance de 158 muertos.
«Si fuera necesario, van a estar los 120.000» miembros de las fuerzas armadas, prometió este viernes la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en la televisión pública TVE.
«Habrá todos los medios que sean necesarios, el tiempo necesario», insistió el ministerio de Defensa en la red social X al anunciar el despliegue de estos 500 nuevos soldados, en un momento en que las autoridades de la región de Valencia parecen superadas por la magnitud del desastre.
Las fuertes tormentas que afectaron a la zona el martes, y que vertieron en unas horas una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año, provocaron riadas que destruyeron puentes, barrieron casas, y arrastraron cientos de vehículos que acabaron apilados en calles y carreteras y que ahora dificultan el tránsito de los servicios de emergencia.
Muchos de esos coches «estarán vacíos, pero otros tenemos muy claro que están llenos», dijo Amparo Fort, la alcaldesa del municipio de Chiva, a la radio pública RNE.
Esta localidad de 16.000 habitantes, a 40 minutos al oeste de la ciudad de Valencia, está viviendo una situación dramática, narró emocionada su alcaldesa.
«Seguimos pidiendo agua, seguimos pidiendo víveres», explicó entre lágrimas. «Hay que recordar que hay niños, que tenemos ancianos y los bocadillos» no los pueden masticar, «necesitamos comida triturada para bebes y para personas mayores».
La gente está «desquiciada»
A los problemas normales derivados de la situación, se le añadieron los saqueos, ante los que el Gobierno prometió firmeza y que se han traducido ya en 39 detenciones.
«Yo he parado en la rotonda del centro comercial y la gente estaba entrando a coger pantalones, estaban robando… », explicó el jueves a la AFP Fernando Lozano, vecino de Aldaia, un pueblo del interior de Valencia.
«Está la gente un poco desquiciada porque hasta que se normalice esto y abra el supermercado pues aquí está muy mal… », argumentó.