La disposición entrará en vigor el martes y forma parte del aumento de las medidas de control tomadas por España, para evitar un rebrote importante de los contagios con motivo de las vacaciones de Semana Santa.
«Deberán disponer de una prueba PCR (RT-PCR), una prueba TMA u otro tipo de prueba diagnóstica para SARS-CoV-2 basada en técnicas moleculares equivalentes, con resultado negativo, realizada en las 72 horas previas a la llegada», explica literalmente el BOE.
La disposición se aplicará a todas las personas mayores de seis años. Quedan exentos «los profesionales del transporte por carretera en el ejercicio de su actividad profesional, los trabajadores trasfronterizos, los residentes en zonas fronterizas, en un radio de 30 kilómetros alrededor de su lugar de residencia».
Desde el pasado noviembre, España ya exigía a todos los viajeros mayores de 6 años procedentes de Francia una PCR negativa en puertos y aeropuertos.
En sentido contrario, Francia pide ya a los viajeros que entran desde España y desde cualquier otro país de la Unión Europea una prueba de diagnóstico de covid-19 negativa cuando entren al país (por vía terrestre, aérea y marítima).
Al igual que lo explicado en el BOE este sábado, Francia también exceptúa a los transportistas, los trabajadores fronterizos y aquellas personas que vivan en una zona de frontera y se desplacen en un radio de 30 kilómetros de su domicilio.
El número de contagios por covid-19 en España ha vuelto a aumentar en los últimos días y el viernes, el gobierno informó de 7.586 nuevos casos y de 590 muertes en 24 horas.
En Francia, las cifras también empeoran de manera preocupante, con una media de 45.000 nuevos casos diarios en los últimos días.
La región de Madrid, con sus bares abiertos y un toque de queda tardío en comparación con otros países europeos, se volvió en estas últimas semanas el refugio favorito de los escasos turistas europeos, sobre todo franceses.
Al mismo tiempo, los españoles de otras regiones, tienen prohibido viajar a la capital, una diferencia de trato que causa exasperación y enfado entre los ciudadanos, sobre todo de cara a las vacaciones de Semana Santa.