España dio un giro radical el viernes al abandonar su postura de neutralidad y apoyar a Marruecos en relación al disputado territorio del Sáhara Occidental, poniendo fin a una crisis diplomática entre ambos países.
«España considera que la iniciativa de autonomía presentada en 2007 [por Marruecos] es la base más seria, realista y creíble para la resolución de este diferendo» entre Rabat y los independentistas saharauis del Frente Polisario, declaró el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ante la prensa en Barcelona.
El ministro confirmó así un comunicado de la Casa Real marroquí que divulgó una carta enviada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al reino alauí.
Sin citar la misiva ni mencionar al Sáhara, el gobierno español había anunciado poco antes una «nueva etapa» en las relaciones con el país norafricano.
Esta postura supone un cambio radical, ya que España defendía hasta ahora una actitud de neutralidad entre Rabat y el Polisario.
El conflicto del Sáhara Occidental, una excolonia española considerada como un «territorio no autónomo» por la ONU, opone desde hace décadas a Marruecos con el Frente Polisario, apoyado por Argelia.
Rabat, que controla cerca de 80% de este territorio, propone un plan de autonomía bajo su soberanía. Los independentistas reclaman un referéndum de autodeterminación organizado por la ONU, previsto en el alto el fuego de 1991, que nunca se concretó.