Para los familiares del fray Cosme Spessotto y del mártir salvadoreño Nelson Rutilio Lemus, dos de los nuevos beatos salvadoreños, la elevación de estas cuatro figuras a los altares de la Iglesia Católica debe ser un punto de inflexión para que toda la sociedad salvadoreña pueda seguir sus ejemplos de vida, la cual siempre tuvo como prioridad la dedicación por ayudar a otros y trabajar por construir un mejor país.
Cecilia Lemus, hermana de Nelson Rutilio Lemus, uno de los mártires y acompañantes del sacerdote Rutilio Grande, se hizo presente esta tarde en la Plaza Divino Salvador del Mundo, en San Salvador, para presenciar la misa de beatificación de su hermano y otros tres mártires salvadoreños
Lemus señaló que es un privilegio para ella y su familia el reconocimiento que la Iglesia Católica está haciendo de su hermano, pero, a su vez, enfatizó en que esperan que no solo se quede como una ceremonia más, sino que el país pueda entender el legado de vida de estos mártires y practicarlo para construir una mejor sociedad en El Salvador.
«Considero que estar acá es un privilegio, porque es algo que no se da todos los días. El hecho de que mi hermano sea una de las personas que van a recibir en los altares de la Iglesia es un privilegio», dijo la joven salvadoreña.
Lemus recordó el fatídico momento en que su hermano fue asesinado y señaló que, pese a su corta edad, pudo entender la magnitud del hecho, por lo que esta elevación a los altares de la Iglesia y el reconocimiento a su vida y obra dedicada a los pobres es un orgullo para su familia y para todo el país.
«Recuerdo muy poco, porque solo tenía 6 años en ese momento. Pero recuerdo que, cuando llegue a la casa con mi madre, nos dieron la noticia. Mi mamá tenía en sus brazos a mi hermana, que tenía seis meses. Cuando nos dijeron lo que pasó, mi mamá se desmayó y mi hermana se cayó de sus brazos, pero quien nos dio la noticia logró tomar a mi hermana», comentó.
«Hicimos las diligencias para la velación. Unos días después, recuerdo que en la parroquia veía mucha gente alrededor de los féretros y solo recuerdo que, a esa edad, solo pude abrazar a mi papá y mi mamá», recordó.
Por su parte, Guovanni Tellan, sobrino de fray Cosme Spessotto, vino desde la Treviso, una pequeña localidad en Italia, para presenciar esta misa de beatificación con la esperanza de honrar la memoria de su tío y esperando que El Salvador, como sociedad, honre su legado.
«Sentimos como si tocáramos el cielo con nuestras manos. Venimos desde el país de nacimiento de Spessotto, desde Treviso, en Italia. Venimos como familia para este momento importante. Espero que los salvadoreños sigan el ejemplo de este mártir, que se asemejen a la vida de estos santos, de estos mártires», comentó.