La oportuna intervención del Gobierno del presidente Nayib Bukele para ejecutar 11 medidas anticrisis ha logrado que El Salvador esté mejor preparado para enfrentar la coyuntura internacional actual.
El precio de los combustibles no deja de subir, a pesar de que ya se reactivó la producción, cesada o minimizada durante el punto más duro de la pandemia por coronavirus, debido a varios factores, entre los que se encuentra una demanda tan grande de combustibles que sobrepasa la capacidad productora de muchas plantas. A esto se suman los efectos de los conflictos geopolíticos en Europa.
De hecho, el bloqueo impuesto por Europa y Estados Unidos a Rusia por la guerra en Ucrania ha impedido el refinamiento de petróleo producido en la Federación Rusa, además de que se ha suspendido buena parte de las importaciones de gas natural, una fuente energética vital en muchas naciones del Viejo Continente.
Las refinerías se calibran, por así decirlo, conforme al tipo de petróleo que van a procesar, de modo que no se puede sustituir tan fácilmente por el producido en otra nación, porque varía la concentración de elementos como el azufre.
Además, el tema de los contratos a largo y mediano plazo de otros grandes productores ha impedido que Europa tenga a la mano nuevos y abundantes proveedores energéticos.
Debido a la inestabilidad producto del bloqueo, por primera vez en 20 años, el euro se cotizó a la par del dólar estadounidense y, en un punto de la jornada, llegó incluso a valer menos. Esta caída, de acuerdo con analistas económicos, tiene que ver con la pérdida de confianza en la economía europea y cómo enfrentará los retos del conflicto en su territorio.
De este modo, dejando la libre fluctuación del mercado, el galón de gasolina ha llegado a precios muy altos, como los $10 que se pagan en Nueva Zelanda y Hong Kong, por poner los extremos. En El Salvador, gracias a las medidas tomadas por el Gobierno del presidente Bukele, el precio del galón de gasolina regular se ha fijado en $4.15, lo que genera ahorros de hasta $2 por galón a los consumidores.
Gracias a esta medida, y a las otras 10 implementadas, El Salvador vive una gran estabilidad económica y puede enfrentar de mejor manera la inflación que recorre todo el planeta. Continuas revisiones de la Defensoría del Consumidor en gasolineras y establecimientos de venta de alimentos impiden que la especulación golpee a los ciudadanos.
Otros países sufren verdaderas crisis violentas debido a que sus gobernantes no tuvieron la visión de proteger la economía de sus ciudadanos.