«Me mantengo firme en mi decisión. Nunca hubo un buen momento para que las tropas salieran de Afganistán. No me arrepiento de terminar la guerra con Afganistán». Con esas palabras, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló esta tarde que Estados Unidos actuará en suelo afgano únicamente si es necesario y añadió que no se retracta de su decisión de retirar las tropas estadounidenses de ese país.
En conferencia de prensa brindada este lunes, Biden fue enfático al señalar que los soldados estadounidenses no pelearán una guerra que las fuerzas afganas no quieren luchar y que el único objetivo de Estados Unidos era la batalla contra el terrorismo para proteger al pueblo estadounidense y al mundo de próximos ataques terroristas. Biden dijo que aceptará la crítica que sobrevenga por mantener esta decisión.
«En 2009 me opuse al aumento de soldados. Ahora, como presidente, quiero concentrarme en las amenazas de ahora, no las del pasado. La amenaza terrorista se ha esparcido más allá de Afganistán, con aliados en países de África y Asia. Esta situación requiere nuestra atención. Si es necesario actuaremos rápidamente en Afganistán», dijo Biden.
«Nuestra misión en Afganistán no era construir una nación, ni crear una democracia unida. Nuestro único interés nacional en Afganistán ha sido y sigue siendo prevenir un ataque terrorista en Estados Unidos. Las tropas americanas no van a luchar en una guerra, morir en una guerra que las tropas afganas no están dispuestas a luchar», añadió Biden.
El presidente estadounidense señaló que, como nación, han apoyado a las fuerzas militares afganas con capacitaciones y respaldo técnico. Además, dijo que no arriesgará soldados americanos en un conflicto en el que los líderes políticos de Afganistán no han podido resolver por la vía diplomática.
«Los líderes políticos de Afganistán huyeron del país, colapsó la fuerza armada de Afganistán y los hechos de la última semana refuerzan que cualquier tipo de participación de fuerzas estadounidenses no debe iniciarse, no deben estar luchando una guerra que las fuerzas afganas no quieren librar ellas mismas. Gastamos más de un billón de dólares. Capacitamos a las fuerzas afganas», dijo.
«Si Afganistán no puede oponer resistencia, no hay garantía que con las fuerzas estadounidenses hubieran marcado alguna diferencia. Sería errado indicar a las fuerzas estadounidenses que actúen cuando las fuerzas afganas no lo hacen. Los líderes afganos no pudieron negociar por el futuro de su país y no lo hubieran hecho si las tropas estadounidenses se hubieran quedado», añadió.
Biden reiteró repetidas veces que se mantiene en su decisión del retiro de las fuerzas militares de suelo afgano y que no contempla retractarse a pesar de la crisis que estalló en las últimas horas en Afganistán, algo que Biden dijo que ha evolucionado más rápido de lo que tenían previsto.
«Estoy un 100 % apoyando mi decisión. Después de 20 años aprendí que nunca es un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses. Tenemos una clara visión de los riesgos. La verdad es que esto se desarrolló mucho más rápidamente de lo previsto. ¿Cuántas generaciones más de nuestros hijos queréis que enviemos a luchar a Afganistán cuando ellos no están dispuestos a luchar? Yo tengo clara la respuesta. No repetiré los errores del pasado», señaló.
Finalmente, Biden señaló que continuarán trabajando para el retiro de ciudadanos estadounidenses de Afganistán y que si los grupos talibanes atacan a EE. UU. ordenará que se actúe con una «fuerza devastadora». «Sé que hay dudas de por qué no evacuamos antes a los civiles. Algunos confiaban en su país, y el Gobierno afgano nos pidió no organizar un éxodo masivo para evitar una “crisis de confianza”. Si los talibanes nos atacan, responderemos con una fuerza devastadora», aseguró.
El día de ayer, el gobierno democrático de Afganistán cayó luego que las fuerzas talibanes tomaran el control del país y aseguraran que se establecerán luego de dos décadas alejados del poder desde la invasión que Estados Unidos encabezó tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, como una forma de atacar al terrorismo desde sus bases.
Tras dar un anuncio a todo el país asegurando que habían tomado el control del poder, miles de ciudadanos afganos se volcaron al aeropuerto de Kabul para intentar salir del régimen talibán. Las fuerzas estadounidenses, hasta el momento, todavía batallan para mantener el control del aeropuerto y lograr la evacuación de ciudadanos estadounidenses.