El Gobierno de Joe Biden ha decidido rendirse ante el régimen de Nicolás Maduro, a quien el mismo mandatario Norteamericano llegó a llamar «dictador», y levantará algunas sanciones económicas para permitir una vía más abierta de diálogo político con el chavista, a pesar de que la Casa Blanca dice reconocer al opositor Juan Guaidó como el líder legítimo de Venezuela.
Es así que los estadounidenses permitirán que Chevron Corporation negocie su licencia con la petrolera estatal Petróleos de Venezuela, S.A., aunque no consentirá a la filial perforar ni exportar petróleo venezolano.
Prensa Asociada (AP) reportó de primera mano que dentro del trato también está eliminar las sanciones en contra de Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de la primera dama venezolana, Cilia Flores, y exalto funcionario de PDVSA.
Esto es, en parte, justo lo que el régimen venezolano había pedido en marzo, en la reunión secreta entre altos oficiales del gobierno de Biden, encabezados por Juan González –asesor de la Casa Blanca-, que se realizó en el Palacio de Miraflores, en Caracas, de la cual Guaidó no llegó a enterarse hasta días después por la prensa.
Funcionarios estadounidenses confirmaron a la AP que este alivio corresponde a «los actos de buena voluntad» demostrados por el régimen en sus encuentros con los oficiales de la Casa Blanca. De igual forma, Estados Unidos quiere continuar el diálogo político.
La congresista María Elvira Salazar, hija de exiliados cubanos, respondió que «Biden se ha rendido oficialmente ante los dictadores de América Latina» al levantar las sanciones «para comprar petróleo manchado con sangre».
Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado e influyente miembro del Partido Demócrata de Biden, se declaró afín a una salida negociada a la crisis venezolana, pero dijo que «Estados Unidos solo debería considerar recalibrar las sanciones en respuesta a pasos concretos».
«Darle a Maduro un puñado de dádivas inmerecidas para que su régimen prometa sentarse a negociar es una estrategia destinada al fracaso», opinó Menéndez, tras criticar el lunes las medidas anunciadas sobre Cuba.
Su colega republicano, Marco Rubio, también disgustado con los pasos sobre Cuba, fue más allá, acusando a Biden de «apaciguar» dictadores. «No podemos seguir permitiendo que los simpatizantes marxistas de la administración Biden dirijan la política exterior de Estados Unidos», afirmó.