Estanterías vacías en los principales supermercados, tiendas de conveniencia y demás lugares de venta de productos de primera necesidad es una escena cada vez más repetida durante las últimas semanas en los Estados Unidos.
Especialistas atribuyen el fenómeno a cuatro causas fundamentales: el avance de la cepa de COVID-19, ómicron; la situación climática que impide el transporte de mercancías; los problemas internacionales en la cadena de suministros y la escasez de mano de obra en la nación norteamericana.
La situación es generalizada en todo el país y afecta principalmente a productos cárnicos, verduras, empaquetados como los cereales y el papel higiénico, aunque industrias como la automotriz también han empezado a quejarse de dificultades para obtener materias primas.
La mayoría de los enseres que faltan en los estantes se encuentran en el mar, en contenedores de cientos de toneladas esperando a ser transportados. Solo el puerto de Los Ángeles reportaba a finales de 2021 unos 2,000 contenedores varados en aguas cercanas.
La incidencia de la variante ómicron de la COVID-19, a la que se le atribuye la cifra récord de 145,982 hospitalizaciones el reciente 11 de enero, mantiene a la merma el personal dedicado a las actividades de abastecimiento de productos desde trabajadores de supermercados hasta conductores de transporte de carga y trabajadores portuarios, entre otros.
En total, Estados Unidos registra más de 64 millones de casos de coronavirus desde el inicio de la crisis sanitaria, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Sin embargo, la salud no es la única causa de escasez de mano de obra, ya que, existe un cuantioso grupo de la fuerza laboral del país del norte que ha renunciado a sus empleos de forma voluntaria, esto debido a que se vieron favorecidos por los subsidios que entregó la Casa Blanca en el marco de la pandemia.
Al respecto, Carlos Castro, un propietario de varios supermercados en el estado de Virginia afirmó que en los últimos meses ha perdido buena parte de su planilla y le está siendo difícil realizar nuevas contrataciones.
«La gente consideró: ‘no me arriesgo, me están pagando más, entonces para qué salgo de mi casa’. Ese es un factor que se ha reducido, pero siguen dándole mucho dinero a las personas y básicamente la obligan a quedarse en sus casas», contó el empresario.
Según datos del Departamento de Trabajo, solo entre el 2 y 8 de enero, 230,000 personas se registraron como desempleadas para recibir un subsidio, 23,000 más que la semana anterior. Esto contrasta con las 10.6 millones de vacantes que estimaban gremios de empleados para finales de 2021.
Ante esto, el CEO de la Asociación Nacional de Tiendas de Comestibles, Greg Ferrara, vislumbró que, en el mediano plazo se seguirán teniendo problemas con el abasto de algunos productos.
«Aunque hay muchos alimentos en la cadena de suministro, prevemos que los consumidores seguirán experimentando interrupciones esporádicas en ciertas categorías de productos, como hemos visto en el último año y medio, debido a los problemas continuos de suministro y de personal», dijo.
Cabe destacar que el desabastecimiento viene de la mano con un incremento de precios que ya está ocasionando quejas por parte de la población que tiene que absorber el costo de esta conjunción de elementos que al final se ve reflejada en su factura del supermercado.