En un momento en el que el número de casos de COVID-19 está empezando a subir de nuevo y en el que más contagios quedan sin reportar, la responsabilidad de decidir cuánto riesgo enfrenta cada persona y sus vecinos ante el coronavirus y qué hacer al respecto, si es que hay algo que hacer, recae en cada individuo, informó el domingo The New York Times.
«Para muchas personas, las amenazas representadas por la COVID-19 han disminuido drásticamente en el transcurso de los dos años de la pandemia. Las vacunas reducen el riesgo de ser hospitalizado o de fallecer y nuevas píldoras antivirales poderosas pueden evitar que se deteriore la salud de las personas vulnerables»» , añadió el informe.
Pero no todos los estadounidenses pueden contar con la misma protección. Millones de personas con sistemas inmunológicos debilitados no se benefician plenamente de las vacunas. Dos terceras partes de los estadounidenses y más de una tercera parte de las personas de 65 años o más no han recibido la seguridad crítica de una dosis de refuerzo y las tasas más preocupantes se encuentran entre la población negra e hispana.
«Y los pacientes más pobres o que viven más lejos de médicos y farmacias enfrentan grandes obstáculos para conseguir píldoras antivirales», destacó el informe.
Por otra parte, el diario advirtió enfáticamente que la obligación de utilizar mascarilla ha sido suspendida, que algunos sitios para realizarse pruebas gratuitas han cerrado y que «cualquier parte de Estados Unidos que todavía estuviera intentando acabar colectivamente con la pandemia ha apartado en gran medida su atención de las recomendaciones comunitarias» .