Negar el financiamiento a la última etapa de Fomilenio II ha sido la última movida en la estrategia obstruccionista de la oposición, que pretende ahogar al Gobierno al cerrar las fuentes que respaldan las obras en marcha. Eso está claro desde que los diputados decidieron negar los créditos para financiar las primeras etapas del Plan Control Territorial. Ese, por ser el principal compromiso de campaña del gobierno del presidente Nayib Bukele, ha sido el objetivo de los ataques.
Aun así, este año se encamina a ser el que menos homicidios reporta tras la firma de los Acuerdos de Paz. La reasignación de recursos y el compromiso inquebrantable de las fuerzas de seguridad lograron la drástica reducción de las muertes violentas y de los delitos en general.
En medio de la lucha por los fondos del Plan Control Territorial llegó la pandemia por la COVID-19. La reacción temprana del Ejecutivo impidió que El Salvador sufriera el descalabro de su golpeado sistema de salud, herencia de décadas de malos gobiernos. Sin embargo, combatir una enfermedad que en pocos meses salió de China y se esparció por todo el mundo, llevando muerte y saturación de hospitales, no era una tarea sencilla y barata.
Nuevamente, vimos a los opositores hacer frente común para obstruir el trabajo del gobierno. En lugar de unir fuerzas contra un enemigo que había doblegado a naciones desarrolladas, lo que vimos fue un bloqueo a los fondos en la Asamblea Legislativa, la creación de nuevos pasos para asignar fondos que ya estaban aprobados y, finalmente, el ataque a los funcionarios que impidieron la catástrofe.
Si no, ¿qué otro sentido tiene poner en el banquillo de los acusados a los ministros que evitaron que la población pasara hambre —debido al cierre de sus fuentes de trabajo— y que decenas de miles perdieran la vida por un virus altamente contagioso? La única explicación es que, ante el fracaso de su plan para que el gobierno fuera derrotado, buscaron cualquier pretexto para poner en duda los logros del Ejecutivo.
El pasado domingo, aprovechando que muchas personas llegan a disfrutar el Centro Histórico, restaurado durante la administración municipal de Bukele, un grupúsculo convocó a una manifestación en contra del Gobierno, pero su desconexión con la realidad se patentó en una famélica participación.
Más seguridad y la mejor administración de la pandemia son las cartas de presentación de un gobierno que ha hecho maravillas con los fondos que ha tenido. Tratar de impedir que culminen los proyectos de Fomilenio II no va a cambiar nada de esto, más bien se revertirá contra los que se negaron a votar por terminar estas obras.