Evila Julieta Coreas, de 45 años, es maestra de educación básica de lunes a viernes y los fines de semana se dedica a vender comida en las calles del Centro Histórico de San Salvador para conseguir otros recursos que le permitan sacar adelante a sus tres hijos. Durante la pandemia de COVID-19 esos ingresos también han servido para ayudar con las guías de estudio de sus alumnos de tercer grado.
La profesora del Centro Escolar Francisco A. Gamboa de San Salvador recuerda que hace 16 años emprendió su negocio de venta de alimentos debido a que el sueldo como docente no le alcanzaba y en su hogar tenía muchos gastos por cubrir.
«Soy madre soltera y mi sueldo como profesora no es suficiente, por eso decidí completar mis ingresos con la venta de comida. Es cansado, pero no hay otra opción. A las 3:00 de la mañana me levanto para preparar los alimentos. La gente me espera porque yo trabajo higiénicamente, no sirvo alimentos grasosos, llevo variedad y la amabilidad es lo que me caracteriza. Muchos vendedores de esa cuadra y algunos clientes han sido mis alumnos».
La profesora muestra satisfacción debido a que parte de las ganancias por la venta de alimentos las destina para ayudar a sus alumnos que no tienen una computadora, celular, ni internet para realizar y entregar sus tareas. Cuenta que ha destinado los sábados por la tarde para recoger los cuadernos de sus alumnos y entregar las guías de clase.
Evila detalla que se reúne con los padres de sus alumnos por la antigua Terminal de Oriente y en otras ocasiones ha tenido que visitar casa por casa para calificar tareas. «Les reviso sus cuadernos y a los que no tienen dinero les llevo las guías impresas, se las regalo porque estas personas no tienen qué comer; a otros les he prestado mis libros porque veo que tienen la motivación e interés de aprender. Solo nos ponemos de acuerdo con los padres de familia», relata.
La docente explica que con la educación virtual se las ha tenido que ingeniar para mantener la atención de sus pupilos y no desistan de continuar con la entrega de tareas, las cuales son enviadas en Whatsapp, Google classroom y de manera presencial. Manifiesta que prepara sus guías de manera que se entiendan bien y que los alumnos no se compliquen en el momento de realizarlas, ya que muchos de los padres no saben leer.
Explica que la fecha límite de entrega de tareas son los viernes a las 5:00 de la tarde, salvo excepciones por enfermedad o por problemas de conexión a internet. La educadora dice que se enfoca en la ortografía, la caligrafía, el dominio de temas, la constancia de ejercicios en Matemática, las ilustraciones, el desarrollo de temas y hasta en los trazos. Luego envía calificaciones y notas de las fallas y de lo que necesitan mejorar. «No solo me mandan y guardo las tareas, yo califico, los corrijo y los felicito».
EVILA LUCHÓ CONTRA LA DESERCIÓN ESCOLAR
La profesora inició el año escolar 2020 con 29 alumnos, sin embargo, debido a la COVID-19 y la nueva modalidad de estudio nueve de sus alumnos intentaron desertar. Con mucho esfuerzo relata que logró que ocho regresaran y una desistió de continuar en el proceso.
Evila dice que para lograr que sus estudiantes retomaran sus estudios tuvo que visitarlos casa por casa y hacerles conciencia a los padres de la importancia de continuar con sus estudios. «Platiqué con los padres y llegué a un acuerdo que yo les iba a regalar las guías, yo iba a llegar a buscarlos y así ha sido, ya casi terminamos el año y me da felicidad que la sección completa pasará al siguiente grado».