Colores, texturas y tradición artesanal es lo que se refleja en la exposición «Nahuillas, paños panchos y legado», que se encuentra en el foyer del hotel Hyatt Centric, ubicado en el centro comercial Las Cascadas.
En la muestra se observan obras textiles y pictóricas que retoman esta antigua tradición, que está resurgiendo en el presente.
Los textiles son coloridos y han sido enmarcados, se distinguen por figuras en relieve de Claudia Vega y Rodrigo Miranda.
Los paños panchos son los que usan las mujeres en la cabeza marcando un patrón de vestimenta para distinguir características sociales: rojo para solteras y negro para casadas.
Los tejidos de nahuillas son los que acompañan a los trajes tradicionales panchos y se usan como refajo (alrededor de la cintura), son de rojo púrpura y negro.
Junto a esta producción textil, la muestra la complementan obras de arte con temas artesanales como pinturas de Mauricio Mejía y Edwin López Morán, así como ilustraciones de Griselda Anduanet.
El curador Rolando Chicas expresó que en la muestra de los textiles «se observa que todos los paños panchos tienen los siete colores del arcoíris, pero en uno predomina el rojo y en otro el negro. La nahuilla bicolor es un textil que se caracteriza por ser negra y roja, pero en cuadros pequeños. En la otra parte vemos las obras de artistas nacionales que a lo largo del tiempo se han inspirado en los textiles y tradiciones de Panchimalco».
Chicas resaltó que «el tejido comienza en la mente de las tejedoras que imaginan el resultado antes de colocar los hilos. Una vez que es amarrado a la cintura, en cada telar van surgiendo piezas de sabiduría milenaria transformada en paños, manteles, caminos de mesas, servilletas, cintas, telas para vestimenta y otras», dijo.
La exhibición estará abierta al público hasta el próximo 14 de junio y puede ser apreciada de manera gratuita, entre 8 de la mañana y 6 de la tarde.
Legado
Claudia Vega es conocida como la «heredera de la tradición del telar de cintura». A los 11 años aprendió a tejer con su abuela María Cleofas Rivera, actualmente Claudia tiene 78 años, es decir cumplió 67 años de tejer.
«Recuerdo que mi abuela me dijo: “Tenés que aprender el trabajo que puedo”, y desde los 11 años empecé a hacer paños, manteles e individuales de todas las medidas. Sigo con el trabajo porque me gusta y hemos estado enseñando para que esto (telares) no vayan a desaparecer», dijo.
Recuerda que con la abuela aprendieron cinco nietas, pero de ellas ya solo dos se dedican a tejer y continúan con el legado cultural.
Destacó que en la Casa de la Cultura de Panchimalco se está enseñando a niños, jóvenes y adultos.
«Hay que enseñarles para que sea un trabajo que no desaparezca. Es un trabajo de paciencia, se pasa entretenido con la cuenta de los hilos», compartió.
Por su parte, Rodrigo Miranda, quien fue alumno de Vega en la casa de la cultura de Panchimalco, inició con el telar de cintura hace 7 años.
El joven pertenece a grupos de baile y le llamó la atención tejer para entretenerse y replicar su conocimiento en el área de San Salvador.
«Cuando iba a clases, miré a niña Claudia que estaba tejiendo y me interesó aprender. Hay días que a veces no tengo qué hacer en la casa y siento la sensación de tejer, se vuelve adictivo», expresó.
Del tejido
Cuando los artesanos tejen se puede observar que la mayoría de los utensilios que usan son trozos de madera tallados los cuales tienen diferentes funciones. El hilo que ocupan es de lana.
Para iniciar una pieza, colocan en una regla la tela haciendo un ocho, luego esto se lleva al telar y se trabaja con los llamados «empitadores». También usan un enrollador de tela y el «susupaste», que es con el que van asentando la hebra, así como los «filloteros» (de corazón grueso o delgado). Estos últimos son muy importantes. Además, tienen un «templador», que lo utilizan para que los hilos queden parejos.
Hay unos paños que llevan dibujos o figuras, anteriormente se llamaban «pringados».
Aunque la mayoría de los tejidos tradicionales ya no se utilizan en la vida cotidiana, su uso se conserva para las danzas tradicionales, cofradías y en rituales religiosos como la Semana Santa. La técnica del telar de cintura se usa además para confección de ropa, carteras y accesorios modernos.