«Quiero justicia, quiero que el señor pida disculpas por todo lo que me hizo, quiero que reconozca, que se limpie mi nombre», es el clamor de una empleada del Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Público, Inpep, quien vivió durante casi diez años bajo la sombra del acoso sexual al que la sometía el expresidente de la institución, Andrés Rodríguez Celis.
La víctima, a quien llamaremos Melissa por motivos de seguridad, denunció a su agresor hace aproximadamente tres años, ante la Fiscalía General de la República (FGR) pero hasta ahora hubo pocos avances en el proceso.
«Ingresé a trabajar al Inpep, luego de entregarle el curriculum al entonces presidente, Andrés Rodríguez Celis, el señor al principio era una persona muy educada, muy diplomático, muy respetuoso», afirma Melissa.
Agregó que cuando ella ingresó a trabajar en la institución, el expresidente ya era un señor de 75 años por lo que le inspiró confianza.
«Él y el gerente de la institución me entrevistaron y bueno luego me llamaron para otorgarme la plaza. Al principio el señor bien formal después comencé a ver que me mandaba a llamar mucho a su oficina, precisamente cuando estaba solo, antes del almuerzo, en hora del almuerzo, en horas del desayuno, cuando las secretarias no habían llegado, y pues yo tenía que ir, el área donde estaba dependía de la presidencia», apuntó la víctima.
Melissa comentó que, tras las invitaciones a la oficina, a los dos o tres meses de estar laborando en la institución comenzaron las invitaciones a almorzar.
«Un día me dice, hijita, vamos a ver algunas situaciones en el almuerzo y me llevaba a los restaurantes, solo conmigo y el motorista. Al principio se comportaba bien, el sentado al frente, de repente un día, yo estaba sentada y comenzó con el tocamiento, el roce de la mano, lo que hice fue hablarle de otro tema para desviarle la atención y que no continuará tocándome, fue el primer indicio que me dio», narró Melissa.
Añadió que esas situaciones fueron incrementándose, después ya no bastaba el roce de la mano y comenzó a intentar tocarle las piernas mientras iban en la camioneta hacia los restaurantes.
«Yo ponía el bolso, me corría para un lado, para el otro, avergonzada totalmente porque iba el motorista, y el pobre muchacho no decía nada. Ya cuando comenzó todo ese tipo de comportamientos, sentí como que “me tenés que pagar que estés aquí”. Incluso en ocasiones él me lo mencionaba: “gracias a mi estás aquí trabajando, me debés ese favor”», relata la víctima.
Asegura que con el pasar del tiempo se dio cuenta que no era la única a la que el expresidente Rodríguez Celis acosaba.
«Éramos más de siete mujeres las que él acosaba. Mis compañeras tenían miedo de hablar, por no ser despedidas, por el escándalo, por la necesidad del trabajo, solo veíamos que salía una de la oficina y entraba la otra, solo nos mirábamos no decíamos nada, una vez entró la secretaria con labial y salió sin labial, luego me tocaba el turno a mí de entrar para que me firmara unos documentos, gracias a Dios ese día se comportó, pero si sabíamos quienes éramos las que él acosaba», expresó Melissa.
Respecto a las acusaciones que han llevado a la denuncia fiscal, el expresidente del Inpep señaló que todo es falso y que él nunca salió a almorzar con algunas empleadas.
«Todo de lo que me acusan es falso, completamente falso. No salía a almorzar con empleadas, yo me iba para mi casa y muchas veces almorzaba en la oficina, cuando eran las sesiones almorzaba juntamente con todos los directores», apuntó Rodríguez Celis.
Tras los tocamientos, Melissa narró que sus problemas con el expresidente fueron incrementando, un día surgió un problema en la oficina, la solución que le brindó este «amigo» del expresidente Funes a la víctima fue el detonante para que ella decidiera denunciarlo ante la Fiscalía.
Melissa dice que un día debió reportar errores que se cometieron por otra persona, y que entonces el denunciado la mandó a llamar a su oficina, donde él le dijo que si quería que olvidaran y resolvieran el problema, seguido de lo cual le mostró su miembro. «Entonces le pegué un manotazo, salí furiosa de la sala de reuniones que está junto a la oficina de presidencia y me preparé a irme a la Fiscalía, ese día me fui a demandarlo por acoso sexual», indicó la afectada.
PROCESO ESTANCADO
«Lo que quiero y buscó con esta situación es que se acelere el proceso y se le de tratamiento adecuado lo más pronto posible, que se haga justicia no solamente para mí, sino para mis otras compañeras de trabajo que por miedo no hablan», relató la víctima.
Comentó que varias de sus compañeras también denunciaron a Rodríguez Celis, pero por otros delitos como violencia de género y maltrato verbal. «Yo acudí a la Procuraduría, al ministerio de Trabajo, porque no solo fue un acoso sexual, sino laboral, si yo no accedía a sus peticiones él me quería trasladar a otras áreas que no eran de mi competencia, entonces me tocaba ir a sindicatos a pedirles de favor que no me trasladarán porque era injusto».
El expresidente del Inpep aceptó que varias empleadas lo demandaron. «Tengo conocimiento de denuncias, pero no en la Fiscalía, sino que, en el Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres, pero no por acoso, sino precisamente porque yo trataba de despedirlas, sin embargo, en este gobierno fueron despedidas, fueron destituidas todas las empleadas que yo quise quitar y que no pude hacerlo», afirmó.
Melissa comenta que a finales del año pasado se acercó al ministerio público para conocer cómo iba su caso, pero sintió que su necesidad por saber generó incomodidad en la fiscal que lo lleva.
«Su respuesta fue, “mire, yo apenas hace un año agarre el caso”, molesta sentí que me salió. Cuando puse la denuncia fui hasta Medicina Legal para que me dieran unos reportes y mi trabajo social también, hasta el día de hoy desconozco si han pasado los reportes, mi abogado también ha ido, pero no hemos tenido mayor respuesta», apuntó Melissa.
Comentó que «a veces creo que el poder del señor ha influido en el caso, cuando estaba en la institución, él estuvo en una situación de poder sobre nosotras y todavía creo que tiene injerencias, es uno de los que aportó a la campaña presidencial para Mauricio Funes, algunos medios publicaron notas informando que es uno de los amigos de Funes, inclusive salió Funes, y Sánchez Cerén lo siguió nombrando como presidente».
El abogado de Melissa aseguró que desde el 2019 que fue interpuesta la denuncia ha ido al menos en tres ocasiones a hablar con quien lleva el caso para ver el desarrollo del mismo, sin obtener avance alguno.
«Me entreviste con la fiscal que tiene el caso y ella ni sabía de eso, el caso lo presentó esta muchacha en el 2019, en marzo de ese año, yo fui en octubre de 2019 a ver cómo iba el proceso, en ese momento se enteró la fiscal que lo tenía. Yo solo la tenía ahí me dijo, no me lo han pasado», explicó el abogado.
Agregó que en ese momento ella vio que se habían completado las diligencias iniciales, las investigaciones iniciales para determinar que había lugar a la formación de causa, ahora esperan que con el nnuevo fiscal general se ratifique la denuncia y se haga justicia contra el exfuncionario, algo que no fue posible con Raúl Melara al frente del ministerio público.