El expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014) fue absuelto el martes por un tribunal de acusaciones en un caso de supuesto espionaje ilegal a opositores.
De acuerdo con el fallo unánime del tribunal del Primer Distrito Judicial de Panamá, no se presentaron pruebas que acreditaran que Martinelli ordenó espionajes entre 2012 y 2014, desde el Consejo de Seguridad Nacional (CSN).
«La justicia finalmente se ha aplicado, siete años en esta tortura, en este suplicio. Doy las gracias a Dios y a la justicia panameña, he sufrido mucho», dijo Martinelli al salir de las instalaciones del Sistema Penal Acusatorio, en Ciudad de Panamá, en medio de vítores de sus simpatizantes y un fuerte cordón policial.
Se trata de un caso por el que Martinelli ya había sido juzgado en 2019 y declarado no culpable, pero un tribunal de apelaciones anuló la sentencia en 2020 y ordenó repetir el juicio.
El expresidente de 69 años enfrentaba cargos por la presunta comisión de los delitos de interceptación de telecomunicaciones y de seguimiento, persecución y vigilancia sin autorización judicial a unos 150 opositores.
La Fiscalía había pedido la pena máxima de 8 años.
Martinelli, un magnate de los supermercados, ganó la presidencia en 2009 con un fuerte discurso contra la clase política y la corrupción.
Tras salir del poder en 2014, la justicia panameña lo investigó por múltiples escándalos durante su administración, en la que una docena de ministros terminaron detenidos.
En 2015 se fue a vivir a Miami para evitar la acción de la justicia, pero fue detenido en 2017 y posteriormente extraditado a Panamá.
También es acusado de blanqueo de capitales por la compra, presumiblemente con dinero público, de un grupo editorial durante su mandato, y la Fiscalía ha presentado cargos contra él por el entramado de corrupción vinculado a la constructora Odebrecht.
En este proceso están envueltos sus hijos Luis y Ricardo Martinelli Linares, detenidos en Guatemala desde hace un año y próximos a ser extraditados a Estados Unidos.
Sin embargo, siempre ha defendido su presunta inocencia y ha culpado a sus detractores de una supuesta persecución política para evitar que se presente a las elecciones presidenciales de 2024.